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Me robaron la bici y la recuperé a los dos días

Me robaron la bici y la recuperé a los dos días

Por Dani Berbel Sacristán
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sábado 21 de mayo de 2022, 09:00h

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Soy uno de los pocos agraciados que, tras ser víctimas de un robo, recupera el objeto sustraído. En este caso, fue mi bicicleta eléctrica, una unidad de la marca Pure Electric. A continuación cuento este proceso de dos días de duración.

Después de un tiempo escribiendo para esta revista tengo la oportunidad de dejar un poco de lado la actualidad, los lanzamientos y las pruebas y hablarles de una experiencia relacionada con esta revista y que creo que puede ser de su interés.

Probamos la Pure Flux One

La Pure Flux One es una bicicleta eléctrica urbana con 50 kilómetros de autonomía y una gran aliada para el día a día en la ciudad, más en una ciudad como la de Barcelona, muy preparada para este tipo de transporte. Al mes de uso, publicamos una prueba dando la opinión de la bicicleta y contándoles sus virtudes y sus aspectos a mejorar. Utilizo esta bicicleta para ir y venir a eventos, la oficina y el ocio. Duerme dentro de casa y cuando asisto a estos lugares siempre se aparca en los parkings para bicis que alberga la ciudad.

La hicieron desparecer

El pasado domingo, 8 de mayo, asistía a un cine situado en Passeig de Gràcia con Gran Vía, en Barcelona. Por comparar con Madrid, sería como ir a Cines Callao. Aparqué la bici con la cadena de siempre en los puntos de anclaje del Ajuntament de Barcelona que están repartidos por toda la ciudad. Este en concreto estaba situado en pleno Passeig de Gràcia, muy cercano a la carretera y a plena vista. La sorpresa viene cuando, al recogerla, la bici no está donde la había dejado, había desaparecido, o, más bien, la habían hecho desaparecer.

Rabia, confusión pero sobre todo tristeza

Imagínense la sensación que tuve en ese momento; que igual no le es tan difícil de imaginar pues se roban entre 50 y 70 bicis al mes sólo en la Ciudad Condal. Mi reacción fue de chasco absoluto mezclada con rabia y confusión. Tardé en aceptar que mi bici no estaba ahí y que, por mucho que mirase las barras del anclaje en la que la dejé, no iba a aparecer y me giré para volverme a casa, a pie, eso sí.

Nula esperanza en recuperarla

Al día siguiente, aún con toda la pena en el cuerpo, me dispuse a poner la típica denuncia por robo que se ha de poner, pero con poca o nula esperanza en volver a ver mi querida Flux One. Antes de ello, me pasé por la tienda Pure de Barcelona situada en Provença, 231 para comunicar la noticia. Ellos ya me conocían de esta prueba que publicamos y se apenaron al escuchar la noticia. Curiosamente, al mismo tiempo, un cliente con una bici como la mía preguntaba por sistemas de seguridad para su bici; estoy seguro de que después de escuchar lo que les contaba a los dependientes no dudó demasiado en no escatimar en gasto para proteger su bici.

El chollazo de Wallapop

Aquí, en la tienda, encontré un anuncio en la aplicación de compra venta de segunda mano, Wallapop. Este anuncio ofertaba una Pure Flux One, el mismo modelo que la mía, por 500€. Si han leído la prueba, recordarán que el precio de venta de esta bicicleta que tan solo lleva unos meses en el mercado es de 1.200€. Además, sólo se oferta una bicicleta Pure en todo Wallapop, es este modelo y aparece ni 24 horas después de yo perder la mía. Sospechoso.

El perfil de Wallapop se llama “Verónica K.” (el nombre está cambiado para proteger la identidad de esta persona). Desde la tienda, que tienen el registro de todos los clientes, me dicen que no hay ningún cliente que se llame “Verónica” en toda la provincia de Barcelona. Además, también me estuvieron contando la forma de proceder de la tienda con todos sus productos: cuando un cliente lleva una bici o un patín, le piden el nombre o teléfono suyo o de quien compró el producto y a partir de aquí pueden sospechar de alguien que traiga algo que no es suyo. Si fuera así, me dicen, primero, cogen el vehículo con normalidad, localizan al cliente por el número de serie del vehículo y lo llaman para confirmar. Si se trata de un artículo robado, llamarán a los Mossos y esta persona sería, en principio, detenida.

Pero volviendo a la cuestión, el anuncio de Wallapop, también desde la tienda, me indican que es algo raro. No dudo en hablarle a la vendedora para mostrarme interesado por comprar la bici. Pero no obtengo respuesta en ese momento. Voy a hacer, como les decía, la denuncia y en ella menciono este sospechoso anuncio.

Prueba Pure Flux One, la excelente primera bici eléctrica de la marca Pure Electric

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Quedo con la vendedora

No es hasta las 1:47 de la madrugada que me responde diciéndome que sí, que sigue disponible para vender. Le pregunto más información sobre la bici: “¿Cómo está? ¿Tiene algún desperfecto? ¿Cuántos kilómetros tiene?”. Me tenía que hacer pasar por un comprador de segunda mano que pregunta hasta el último detalle. Después, le digo de quedar al día siguiente; no quería esperar más para saber si era la mía o no y a la vez no podía correr el riesgo de que la vendiera a otra persona. Accede a quedar al día siguiente por la tarde y le pido el número de teléfono y me lo da. Esto es clave.

Gracias al número de teléfono y a un contacto en una Comisaría de Policía Nacional, obtenemos su nombre completo (el mismo que el de Wallapop), domicilio y DNI. Ya con el domicilio tengo otro dato más que aviva mis sospechas. Su domicilio está en pueblo a 30 kilómetros al noreste de Barcelona pero el anuncio estaba en el distrito de Sants.

Aumentan las probabilidades de que sí sea mi bici

Al día siguiente, a las 9:50 de la mañana, con la tienda Pure Barcelona aún sin abrir y con la persiana medio cerrada, me acerco y le cuento mis avances en la investigación. Vuelven a buscar entre el registro de clientes, esta vez con estos nuevos datos. Los resultados son nuevamente abrumadores: no hay nadie con ese nombre y apellidos, nadie con ese teléfono e, incluso, ningún cliente con domicilio en este pueblo. Les pregunto algo que no se me ocurrió el día anterior y me dan otro dato apabullante: en la ciudad de Barcelona solo se han vendido unas 15-20 bicicletas como esta. Con esta nueva información asisto de nuevo a la Comisaría de los Mossos d’Esquadra que recogieron mi denuncia y se limitan a aconsejarme llamar al 112 dos horas antes de quedar con esta persona.

Coordinados con Mossos

Pasa la mañana y se acerca la hora de quedar con esta vendedora. Llamo al 112, cuento el caso y a la hora me llama la unidad de paisano de Mossos que estaba de guardia. Había quedado a las 18 con la chica en un mercado de Hostafrans, a escasos 10 minutos andando de la Estación de Barcelona-Sants. Quedo con esta unidad 20 minutos antes a 5 minutos del punto de encuentro con la vendedora. Me dicen cómo actuar: serán ellos quiénes se identificarán y hablarán con la vendedora según vean que trae la bici pero, me advierten los Mossos experimentados en este tipo de operaciones, es muy probable que no traiga la bici y te haga desplazar a otro lugar donde la tenga, un escenario que yo no preví y eso que durante toda la larga noche sin dormir contemplé todos los escenarios que mi imaginación dio.

“Hola, policía, siéntese”

Tras unos retrasos de algo más de una hora, me indica la vendedora que está en la puerta contraria de la que yo estaba. Reenvío los mensajes que recibo de la vendedora a los Mossos, que estaban situados en la acera de enfrente y tras de mí, cruzan el mercado por dentro. Llegamos a la puerta y ahí vemos a Verónica acompañada de un hombre de complexión fuerte, pelo rapado y de apariencia siniestra, ambos de unos 35 años. Casi no me da tiempo a presentarme que los Mossos se identifican: “Hola, policía, siéntense”. Momento que aprovecho para fijarme en el pedal izquierdo, el mío estaba muy rozado de comerme varios bordillos, el de esta bici también. Levantamos la bici para mirar el número de serie impreso en relieve sobre el cuadro de la bici, en la parte que junta los pedales. Era el mismo número de serie que aparecía en la factura. Volvía a estar delante de mi bici, la que me había acompañado durante casi 400 km de trayectos por la ciudad. - “Sí es” - dije al policía, que procedió a comprobar él también el número de serie y a compararlo con la factura y una vez hecho me pidió que le esperase al final de la calle, junto a su coche.

¿Esta bicicleta por 70€?

Durante este tiempo, por lo que pude escuchar y lo que me contaron los Mossos, los implicados y, desde ese momento, detenidos, les contaron toda clase de milongas, como que tuvieron que reparar una rueda que estaba pinchada, que la habían comprado a un chaval por 70€ o que para robarla tuvieron que desinflar la rueda para sacar la cadena. Sea como sea, Verónica, que fue quien habló conmigo y por tanto, la autora, quedó detenida por robo y el hombre por coautoría del mismo delito. Ambos eran conocidos para los Mossos d’Esquadra por tráfico y consumo de sustancias estupefacientes.

Finalmente, la bici vuelve a descansar en casa y esta película ha tenido un final feliz. Eso sí, por el camino he perdido mis luces para circular de noche, mi candado y los reflectores que yo tan orgulloso contaba en la prueba de hace unas semanas que venían de serie. Quisiera agradecer especialmente a la tienda Pure Barcelona que ha ayudado mucho a obtener este resultado y a los cuerpos de policía involucrados: Mossos d’Esquadra y Policía Nacional. Los hechos serán tratados por la Justicia aunque de momento sin fecha.

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