Samsung ha presentado sus resultados del 2018 y del cuarto trimestre del año. El pasado año lo cerró con un beneficio de 34.717 millones de euros, impulsado por el buen ritmo de los chips para ordenadores y móviles, y un 5% más que en 2017.
El cuarto y duro trimestre de 2018
La surcoreana consiguió un beneficio operativo de 9.700 millones de dólares en el Q4 2018, un 29% menos respecto al mismo periodo del año anterior. En este sentido, la firma apunta al relevante papel que ha tenido en esto la fuerte crecida de la competencia, sobre todo, apuntando a Huawei y Xiaomi.
2019, un año más débil
El fabricante surcoreano se ha mostrado pesimista respecto a este año. En concreto, la firma punta a la desaceleración de la economía china y a la reducción de la venta de smartphones, que han llevado a la compañía a prever una menor demanda por la “incertidumbre macroeconómica”.
Samsung apunta a una mayor competencia en el área de visualización, cuyos resultados se han reducido. En la otra parte de la tabla están los equipos de 5G y la expansión de LTE.
Asimismo, Samsung confía en que el área de telefonía con la llegada del Galaxy S10 le ayude a “reforzar el liderazgo en el mercado de gama alta y a mejorar las ganancias”.