29/09/2025@09:00:00
Cuantas veces le he dicho a mis alumnos que mi nivel de comprensión tecnológica tenía un límite y que ese límite era la computación cuántica. Para una persona de letras entender que un dígito puede ser un uno y un cero, o las dos cosas a la vez, es bastante complicado (esté como esté el gato de Schrödinger) y qué decir del entrelazamiento cuántico, ese fenómeno que dice que dos o más qubits se conectan de tal manera que el estado de uno afecta instantáneamente el estado del otro, sin importar la distancia que los separe; es decir que si yo actúo sobre un qubit en un laboratorio en Madrid, repercute de forma idéntica sobre otro que está en Hawái. Y cuando te recuperas del ataque de incomprensión racional sólo piensas “menos mal que eso no se aplica a los seres humanos”. ¿Nos imaginamos que cada vez que Trump, Milei, Sánchez, Putin, Orban, Maduro, Petro, u otros de la especie ‘egolatrasolutistas’, dicen o hacen algo, alguien en otro punto del globo actuara de forma idéntica y sistemática? Mejor no imaginar.