Durante el último año, las telecos europeas han reforzado su presión para que desde la Unión Europea se apliquen legislaciones que obliguen a los gigantes tecnológicos a financiar parte de la inversión en redes de telecomunicaciones, de manera que las telecos puedan continuar la expansión de la banda ancha de ultra alta velocidad y de las tecnologías móviles como la 5G (y en algunos casos también la 4G).
En este contexto, un reciente informe de la asociación de operadores europeos, ETNO, desvelaba que las inversiones de los operadores siguen aumentando, con un capex en telecomunicaciones a nivel europeo que alcanza los 56.300 millones de euros en 2021, frente a los apenas 1.000 millones de euros en infraestructuras de las empresas tecnológicas y 16.000 millones de euros en centros de datos.
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Por ello, se ha abierto un debate en Bruselas y en los diferentes países de la Unión Europea para analizar si las tecnológicas deben o no ampliar su inversión en este aspecto. Para ello, una de las vías que se analiza es la denominada Network Tax, una tasa que grava a las empresas que basan su actividad en internet y con la que se podría compensar a los operadores de telecomunicaciones por el coste de transportar su tráfico.
Ametic pide “prudencia a las autoridades competentes” y solicita que “se inicie un periodo de debate y reflexión que integre a todos los agentes implicados”
Ante esta situación, Ametic pide “prudencia a las autoridades competentes” y solicita que “se inicie un periodo de debate y reflexión que integre a todos los agentes implicados”, apunta Pedro Mier, presidente de la patronal.
Ametic asegura así que el usuario ya está pagando al operador por una conexión a internet que le entregue el contenido que solicita y, por tanto, gravar también a las plataformas para que paguen cuando un usuario utiliza la conexión para ver un vídeo o escuchar música “equivaldría a gravar por duplicado el mismo servicio”.
Además, la patronal advierte que condicionar el uso de la red al pago por una tasa daría a las compañías el poder de discriminar entre diferentes contenidos, lo que se traduce en “una restricción a la libre distribución de contenidos y aplicaciones y, por consiguiente, la limitación del poder de elección del usuario final”.
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“Las empresas de internet dependen de una comunidad de usuarios conectada que consuma los contenidos propuestos, lo que a su vez anima a los consumidores a contratar servicios de internet de alta capacidad, generando un “círculo virtuoso” de dependencia mutua en la que cada parte aporta servicios distintos y complementarios, en beneficio del usuario”, recuerdan desde Ametic.
También señalan desde la patronal que lidera Pedro Mier que los gigantes tecnológicos invierten de manera sostenida en generar infraestructuras en internet, como centros de datos, infraestructuras de interconexión y cables submarinos, entre otras.
Las telecos responden
Preguntados al respecto, la patronal de las telecos en nuestro país, DigitalES, coinciden en la necesidad de un debate abierto sobre “cómo alcanzar una contribución que sea justa, de modo que las grandes plataformas digitales ayuden a la gestión del tráfico que generan y que tensiona enormemente la capacidad de las redes”.
En este sentido, la asociación apunta que “todo esfuerzo en este sentido contribuirá a que la economía digital del futuro se cimente sobre unas bases más sólidas, equitativas y competitivas”.
Asimismo, valoran de manera positiva que la Comisión Europea esté ultimando una consulta pública sobre la cuestión del fair contribution, como primer paso para avanzar este camino y hacerlo de manera coordinada y coherente.
Foto: Depositphotos
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