El acuerdo político alcanzado entre la Eurocámara y la presidencia española del Consejo busca no solo aumentar las opciones para consumidores y empresas, sino también "mejorar la autonomía estratégica del sector financiero europeo".
Carlos Cuerpo, secretario general del Tesoro, ha liderado las negociaciones y ahora se espera que el acuerdo sea ratificado tanto por la Eurocámara como por los Estados miembros de la UE. Sin embargo, la implementación de estas nuevas normas no será inmediata, ya que se prevé un periodo de transición que oscilará entre 1 y 3,5 años. Este plazo será más corto en la zona euro y más prolongado en los países no pertenecientes a ella, quienes necesitarán más tiempo para adaptarse a esta transformación.
Actualmente, solo el 11% de las transferencias en Europa son instantáneas, mientras que en países como Brasil e India alcanzan el 90%. Además, algunos Estados miembros aplican tarifas elevadas que pueden llegar a los 30 euros por este tipo de operaciones, según datos de Bruselas. La Comisión Europea estima que el nuevo reglamento facilitará la liberación de cerca de 200.000 millones de euros diarios que actualmente se encuentran bloqueados en tránsito en el sistema financiero.
"La regulación de los pagos instantáneos acelerará las transacciones diarias entre ciudadanos en la UE. Las nuevas normas traerán beneficios para los ciudadanos y las empresas y mejorarán la autonomía estratégica del sector financiero europeo", señala el secretario general del Tesoro.
El objetivo final de Bruselas es lograr que estas operaciones instantáneas tengan siempre un coste cero
El reglamento impone dos condiciones fundamentales a las entidades financieras. En primer lugar, aquellas que ya ofrecen transferencias tradicionales deberán poner a disposición de sus clientes la opción instantánea. En segundo lugar, el precio de los pagos instantáneos no podrá superar el de las transferencias convencionales, aunque el objetivo final de Bruselas es lograr que estas operaciones tengan un coste cero.
Para fortalecer la confianza en los pagos instantáneos, los proveedores deberán verificar la coincidencia entre el número de cuenta bancaria (IBAN) y el nombre del beneficiario proporcionado por el pagador. Esta medida busca alertar al pagador de posibles errores o fraudes antes de la realización del pago.
En caso de detectarse discrepancias, el banco deberá notificar al cliente, y si no lo hace, se verá obligado a compensar al usuario por cualquier daño financiero. Además, como medida adicional contra el fraude, las entidades deberán permitir a sus clientes establecer un límite máximo para las transferencias instantáneas en euros, con la posibilidad de modificarlo fácilmente antes de la siguiente transferencia.