A través de un comunicado, la Comisión Europea ha explicado que van a llevar a cabo una investigación en profundidad que permita evaluar la adquisición de Arm por parte de Nvidia. En este sentido, desde Bruselas temen que la entidad fusionada tenga la capacidad y el incentivo de restringir el acceso de los rivales de Nvidia a la tecnología de Arm y que la transacción propuesta pueda dar lugar a “un aumento de los precios, una disminución de las posibilidades de elección y una reducción de la innovación en la industria de los semiconductores”.
“La adquisición de Arm por parte de Nvidia podría conducir a un acceso restringido o degradado a la PI de Arm”
“Aunque Arm y Nvidia no compiten directamente, la propiedad intelectual de Arm es un elemento importante en los productos que compiten con los de Nvidia, por ejemplo en los centros de datos, la automoción y el Internet de las cosas”, detalla Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva y comisaria de Competencia. “Nuestro análisis muestra que la adquisición de Arm por parte de Nvidia podría conducir a un acceso restringido o degradado a la PI de Arm, con efectos distorsionadores en muchos mercados donde se utilizan semiconductores”, advierte Vestager.
La operación de 40.000 millones de dólares se confirmó hace más de un año, pero desde aquel momento son muchos los que han luchado para frenarlo con Google y Microsoft presionando directamente a las autoridades a rechazar la operación.
Además, la Comisión también examinará si la transacción podría “ahogar la innovación” porque los licenciatarios pueden ser “reacios” a seguir compartiendo información comercialmente sensible con la fusionada al ser rivales de Nvidia.
Asimismo estudiarán la posibilidad de que el gasto en I+D de Arm se centre en los productos más rentables para Nvidia, en detrimento de las empresas que dependen de la propiedad intelectual de Arm en otras áreas.
Hasta el próximo 15 de marzo de 2022, día en el que se cierra la operación Nvidia y Arm podrán luchar para lograr la luz verde.
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