En el texto, el directivo reconoce el sentido de la decisión de Trump teniendo en cuenta que China no permite el acceso de medios sociales no chinos a su territorio, pero advierte que el movimiento de Estados Unidos sienta “un peligroso precedente que puede acabar con Internet como una red verdaderamente global”.
“Sólo los países autocráticos como Irán, China o Rusia eran conocidos por intimidar a las empresas tecnológicas para que vendieran partes de sus negocios a inversores con estrechos vínculos con sus gobiernos”
En esta línea, Dúrov señala que antes de la disputa entre Estados Unidos y TikTok, “sólo los países autocráticos como Irán, China o Rusia eran conocidos por intimidar a las empresas tecnológicas para que vendieran partes de sus negocios a inversores con estrechos vínculos con sus gobiernos”, citando como ejemplos la venta de las filiales rusas y chinas de Uber a actores locales.
Asimismo, el cofundador de Telegram señala que este caso “legitima una técnica de extorsión anteriormente empleada sólo por regímenes autoritarios” y sitúa a Estados Unidos en una complicada situación. “Durante décadas, Estados Unidos ha sido percibido como los defensores del libre comercio y la libertada de expresión, pero ahora que China ha empezado a sustituirlos como principal beneficiario del comercio mundial, Estados Unidos o, al menos, la Administración Trump parece haberse vuelto menos entusiasta con estos valores”, lamenta Dúrov. “Esto es lamentable, porque a miles de millones de personas en este planeta todavía les gusta la idea de un mundo abierto e interconectado”, señala el empresario ruso.
Amenazas a la libertad de expresión y el libre comercio
“Pronto, todos los grandes países utilizarán la ‘seguridad nacional’ como pretexto para fracturar a las empresas tecnológicas internacionales”
Apunta, por otro lado, a las nuevas leyes que ha implantado Turquía que limitan a las empresas de medios sociales, una cuestión que “hace unos años, Estados Unidos habría tenido el derecho moral de criticar, citando la libertad de expresión y el libre comercio como fundamentos ideológicos de sus preocupaciones”. Ahora, “no está tan claro si los Estados Unidos todavía tienen ese derecho”, asegura.
Del mismo modo, advierte que “pronto, todos los grandes países utilizarán la ‘seguridad nacional’ como pretexto para fracturar a las empresas tecnológicas internacionales” y señala que “irónicamente, son las compañías estadounidenses como Facebook o Google las que más perderán con las consecuencias”.
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