La fotografía que ofrece Orizon es especialmente relevante en entornos mainframe, donde se gestiona el corazón tecnológico de sectores críticos como la banca, los seguros o las telecomunicaciones. En estas infraestructuras, la rotación de programas escritos en lenguajes como Cobol y PL/I ha crecido un 30% más que en los procesos batch (JCLs), lo que apunta a un software de mayor complejidad, desarrollos más costosos y un aprovechamiento insuficiente de las capacidades de z/OS, el sistema operativo que gobierna estos entornos.
Un mainframe infrautilizado
Pese a que el mainframe sigue siendo uno de los activos más potentes en las arquitecturas TI tradicionales, la mayoría de las organizaciones no lo explotan de forma óptima. Orizon advierte que solo la mitad de las compañías dedica más de un 25% de su consumo a procesadores zIIP, diseñados para aliviar la carga de trabajo y con un coste significativamente menor. Aún más llamativo es el escaso uso intensivo de la utilidad SORT, una herramienta clave para mantener la eficiencia en el procesamiento batch: solo el 20% de las empresas saca partido de su potencial.
Este patrón de infrautilización no solo afecta al rendimiento técnico, sino que tiene implicaciones directas en los costes operativos. Y es que, según Orizon, el consumo tecnológico se concentra de forma alarmante en un número muy reducido de componentes. En el ámbito batch, los 100 procesos que más capacidad demandan representan entre el 35% y el 40% del consumo total, a pesar de suponer solo entre el 0,3% y el 0,4% del total de procesos. En el entorno online, la situación es aún más extrema: las 40 transacciones más intensivas acaparan entre el 75% y el 80% del consumo, siendo apenas el 1% o 1,5% del total de transacciones.
Una oportunidad de optimización
Esta concentración del consumo implica una oportunidad clara de optimización. Identificar y mejorar los componentes más ineficientes puede suponer un impacto directo en la reducción de costes y en el rendimiento general de las organizaciones. Así lo demuestra la experiencia de Orizon, que ha logrado reducir hasta un 25% los tiempos de respuesta de los sistemas de sus clientes y recortar hasta un 40% los costes totales de las infraestructuras. En total, más de 200 millones de euros de ahorro acumulado avalan esta estrategia.
Los tres principales indicadores clave de rendimiento sobre los que se articula este análisis —rotación del software, concentración del consumo y uso de procesadores zIIP— provienen del estudio de infraestructuras tecnológicas en sectores clave. A ellos se suman otros indicadores como el número de cancelaciones de procesos JCL o el consumo unitario por transacción mainframe. Todos estos datos se visualizan a través de un cuadro de mando (dashboard) personalizado que permite, mediante funciones de benchmarking, comparar el rendimiento de cada empresa con el de sus competidores de forma anónima.
Nuek, un caso de éxito en rendimiento
Todos estos datos fueron compartidos por Orizon durante el III encuentro ‘Isla del Rendimiento’, celebrado en la isla de Tabarca (Alicante), que también fue escenario de la presentación del caso de éxito de Nuek (antigua Minsait Payments), uno de los principales operadores en el ecosistema global de pagos. Nuek, que gestiona más de 200 millones de tarjetas y colabora con más de 140 entidades financieras, fintechs y comercios en múltiples países, ha conseguido aumentar en más de un 20% el cumplimiento de sus acuerdos de nivel de servicio (SLAs) gracias a su colaboración con Orizon y el uso de la plataforma BOA.
Este logro cobra especial relevancia en un contexto de crecimiento acelerado: "Nuek ha cuadruplicado su tamaño en los últimos años, y lo ha hecho sin perder el control sobre sus estándares de calidad. Su caso demuestra que es posible sostener un crecimiento veloz sin renunciar a un rendimiento excelente, siempre que se cuente con herramientas adecuadas para identificar y corregir ineficiencias", asegura el portavoz de la compañía.
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