La política finlandesa Henna Virkkunen ha sido nombrada vicepresidenta ejecutiva de Soberanía Tecnológica, Seguridad y Democracia en la nueva Comisión Europea, encabezada por Ursula von der Leyen.
Este nombramiento marca un cambio significativo en la política digital de la Unión Europea, ya que busca fortalecer la autonomía tecnológica y la seguridad del bloque en un mundo cada vez más competitivo y dependiente de las tecnologías clave.
La creación de esta vicepresidencia subraya el interés creciente de la UE en reducir su dependencia tecnológica de terceros países, especialmente en un contexto geopolítico marcado por las tensiones globales y la competencia en sectores como la inteligencia artificial, la ciberseguridad y las infraestructuras digitales.
La soberanía tecnológica y la digitalización son "condiciones indispensables para estar a la vanguardia de la investigación y el desarrollo"
Según von der Leyen, la soberanía tecnológica y la digitalización son "condiciones indispensables para estar a la vanguardia de la investigación y el desarrollo", elementos clave para asegurar la competitividad de Europa en el mercado global.
Soberanía digital
Como parte de sus nuevas competencias, Henna Virkkunen supervisará la "digitalización y las infraestructuras digitales", con el objetivo de consolidar el liderazgo tecnológico de Europa para mantener la independencia en áreas críticas.
Virkkunen asumirá gran parte de las responsabilidades que anteriormente estaban bajo el control de Margrethe Vestager, quien fue vicepresidenta ejecutiva encargada de la competencia y la transformación digital. Durante su mandato, Vestager se destacó por su firme postura frente a las grandes tecnológicas estadounidenses, como Google y Apple, imponiendo importantes sanciones por prácticas anticompetitivas. Ahora, Virkkunen se enfrentará a retos similares, aunque con un enfoque renovado en la soberanía tecnológica de Europa.
Otros nombramientos tecnológicos
Además, la nueva vicepresidencia también abarca la Dirección General de Redes de Comunicación, Contenidos y Tecnologías (DG CNECT), que antes formaba parte del portafolio del excomisario Thierry Breton, quien renunció por sorpresa el 16 de septiembre por diferencias personales con Von der Leyen.
Con la salida de Thierry Breton, las competencias de defensa y espacio ahora recaerán sobre Andrius Kubilius, quien reportará directamente a Virkkunen. Este cambio organizativo tiene como objetivo separar las áreas de defensa de las políticas digitales, permitiendo una mayor especialización en cada sector.
Por otro lado, la vicepresidencia ejecutiva de Teresa Ribera, dedicada a la Transición Limpia, Justa y Competitiva, asumirá la competencia y la responsabilidad de implementar el Pacto Verde Europeo.
Desafíos y retos de Virkkunen
Uno de los principales retos que enfrentará Henna Virkkunen en su nuevo rol será mantener el equilibrio entre la soberanía tecnológica y la apertura de la UE al comercio y la cooperación internacional.
Si bien la independencia tecnológica es crucial para evitar depender de países como China o Estados Unidos en sectores estratégicos, también es importante que Europa siga siendo competitiva y atractiva para la inversión extranjera en investigación y desarrollo.
En este sentido, Virkkunen trabajará para asegurar que Europa esté a la vanguardia en áreas clave como la inteligencia artificial y las infraestructuras de telecomunicaciones, fomentando el desarrollo de tecnologías propias y garantizando la seguridad de sus sistemas. Tal como destaca Von der Leyen, "la digitalización y las infraestructuras digitales son fundamentales para la investigación y el desarrollo, y son claves para la competitividad de Europa a nivel global".
La vicepresidencia de Soberanía Tecnológica representa una oportunidad crucial para que Europa fortalezca su autonomía en el ámbito digital. Con el nombramiento de Henna Virkkunen, la Comisión Europea da un paso importante hacia la consolidación de su liderazgo tecnológico, asegurando que el bloque pueda competir en condiciones de igualdad con otras potencias mundiales y, al mismo tiempo, proteger su seguridad y sus intereses estratégicos.