Las personas más jóvenes son las que viven más arraigados a las redes sociales. Un 52,4% declara que su vida sería peor si éstas no existieran y un 43,8% cree que su vida empeoraría sin grupos de WhatsApp. También verían su vida empeorada sin discotecas (40,1%) y sin botellón (26,9%).
En cuanto a las aplicaciones de citas, hay una diferencia de género significativa: mientras que un 12,5% de los hombres cree que su vida sería más difícil sin ellas, solo el 6,8% de las mujeres piensa lo mismo.
Las identidades digitales son algo en lo que el 38,9% de los encuestados ha dedicado mucho o bastante esfuerzo en construir
Además, las identidades digitales son algo en lo que el 38,9% de los encuestados ha dedicado mucho o bastante esfuerzo en construir. Tanto que el 20,7% cree que se puede llegar a conocer a alguien por completo únicamente mediante su actividad en redes. De forma significativa, las mujeres creen aún menos en esta posibilidad: solo el 16,6% cree en la posibilidad de conocer a alguien únicamente en el entorno digital.
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“El odio en las redes, cómo afectan estas a la salud mental, la gestión de los propios datos, de la intimidad, de la huella digital. Sin querer eliminar internet de sus vidas, los jóvenes reclaman una redefinición de estos y otros muchos factores desde una visión más humanista”, ha dicho Olatz Ibarretxe, responsable del proyecto.
Siguiendo esta línea, Ibarretxe ha agregado que “cuando hablamos de humanismo digital se trata de enfatizar la idea de que los jóvenes necesitan repensar Internet desde un punto de vista más humano, redefinir las reglas humano-máquina y desarrollar un código cívico que nos ayude a una mejor convivencia en internet. En The Future Game queremos generar un entorno seguro atendiendo a la ciudad digital deseada por los jóvenes. Reglas propias para poder imaginar nuevos futuros desde lo genuino ya que los jóvenes desconfían cada vez más de las instituciones y grandes corporaciones”.
Los más jóvenes otorgan más importancia a las posibilidades que ofrece Internet en su formación
Según el informe citado, ver contenidos e informarse de lo que sucede en el mundo son las dos funciones digitales más importantes en la vida cotidiana de las personas. Los más jóvenes otorgan más importancia a las posibilidades que ofrece Internet en su formación: un 32,3% lo señalan como una de las dos funciones más importantes.
Finalmente, el 26,5% de los entrevistados no estaría dispuesto a ceder ningún dato personal para el desarrollo de aplicaciones que mejoren su vida diaria. En este sentido, se observa que los hombres están más abiertos a facilitar su información fiscal, su dirección física o a realizar intervenciones dentro de su cuerpo, lo que sugiere una diferencia de género significativa en cuanto a la percepción sobre la privacidad digital y la confidencialidad de los datos personales.
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