India realizó 84 cortes en 2022, y sigue siendo el país con el mayor número de cortes registrados en el mundo, por quinto año consecutivo. Al mismo tiempo, más países fuera de la India esgrimieron repetidamente los cierres como arma de control y escudo para la violencia y la opresión. Durante la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, el ejército ruso cortó el acceso a Internet al menos 22 veces, realizando ciberataques y destruyendo deliberadamente infraestructuras de telecomunicaciones. El ejército de Myanmar persiste en mantener a la población a oscuras durante largos periodos, centrándose en las zonas donde la resistencia golpista es más fuerte.
Cinco países impusieron cierres relacionados con las elecciones de 2022. El Observatorio #KeepItOn de las Elecciones de 2022 también registró varias victorias importantes: países con un historial de cierres de Internet, como Gambia, pasaron por un periodo electoral sin interrupciones, y Kenia reafirmó su compromiso con #KeepItOn a pesar de que el organismo estatutario, la Comisión de Cohesión e Integración Nacional, pidió la suspensión de Facebook por no eliminar el contenido de odio de la plataforma.
Aumentan las graves violaciones de derechos humanos y la violencia amparada por los cierres
Todos los cierres de Internet violan los derechos humanos. En 2022, 133 de los 187 cierres totales se produjeron junto con algún tipo de violencia, frente a 112 en 2021, 99 en 2020 y 75 en 2019.
Los ataques con misiles provocaron 15 cierres en 2022.
En algunos contextos, como en Irán, las autoridades respondieron a las protestas con brutales medidas represivas y cierres de Internet, y en otros contextos, como durante conflictos y guerras, los gobiernos, las partes beligerantes o los regímenes militares desplegaron cierres en aparentes intentos de ocultar violaciones de derechos humanos y del derecho humanitario. Los ataques con misiles provocaron 15 cierres en 2022: 14 lanzados por el ejército ruso contra ciudades de Ucrania y uno lanzado por las fuerzas de la coalición liderada por Arabia Saudí contra una instalación de telecomunicaciones en Yemen.
Reincidencia y cierres prolongados
A medida que la pandemia del coronavirus seguía retrocediendo en muchas partes del mundo en 2022, los cierres superaron los niveles anteriores a la pandemia y alcanzaron hitos sombríos. El número de cierres en países distintos de India superó los 100 por primera vez, y nueve países -Bangladesh, India, Irán, Jordania, Libia, Myanmar, Sudán, Turkmenistán y Ucrania- tuvieron al menos cuatro cierres en 2022, en comparación con siete países con al menos cuatro cierres en 2019.
El número de cierres en países distintos de India superó los 100 por primera vez.
También se produjeron cierres prolongados que afectaron a regiones y países enteros. En 2022, se produjo la cifra récord de 16 interrupciones de 2021, incluida una prolongada interrupción en Tigray (Etiopía), una interrupción generalizada en regiones de Myanmar y nueve bloqueos continuos de plataformas. A medida que 2022 se adentra en 2023, otro conjunto de 16 paradas siguen vigentes en muchos de los mismos países, 12 de las cuales han durado al menos un año.
Cierres selectivos y sus inconmensurables perjuicios
Algunos gobiernos se están volviendo más sofisticados e intencionados sobre cómo implementar los cierres, evidentemente para dirigirse más directamente a ciertos grupos, así como para minimizar las repercusiones económicas. En 2022, 23 países implementaron o mantuvieron 28 bloqueos de plataformas de comunicaciones, similar a los 22 países con 29 cierres de plataformas en 2021.
En 2022, 23 países implementaron o mantuvieron 28 bloqueos de plataformas de comunicaciones.
Las autoridades y otros actores, como los agresores militares, siguieron imponiendo cierres selectivos de redes móviles. Esta fue una táctica popular durante las protestas (26 veces), como medio de silenciar a la población al tiempo que se permitía a las élites adineradas, a los funcionarios del gobierno y a determinadas empresas operar con Internet de banda ancha y línea fija.
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