Según Natalia Clavero, directora de IA y Data en Minsait, "las empresas que se adelanten en la planificación de la adopción de la inteligencia artificial tienen mayores posibilidades de liderar sus mercados. Sin embargo, esta adopción debe ser estratégica, considerando la realidad del negocio, las necesidades operativas y los requisitos legales y éticos. La inteligencia artificial debe integrarse de manera coherente y sostenible, aportando valor medible al negocio".
La propuesta conjunta de Minsait (Indra) y Microsoft se enfoca en medir el impacto real de la inteligencia artificial, facilitar su escalabilidad y garantizar su ética. RAIL proporciona a las empresas una visión clara del retorno de inversión real en el negocio, lo que acelera su adopción y asegura el cumplimiento de las próximas regulaciones europeas sobre IA, que se espera estén listas a finales de 2023.
En un momento en el que la IA se ha convertido en un motor de la competitividad empresarial, es crucial que las empresas aprovechen sus ventajas de manera responsable. Clavero destaca que "las compañías deben ser conscientes de cómo utilizan la IA y establecer los mecanismos que les permitan integrarla con otros sistemas y evaluar su impacto real".
El valor de RAIL radica en su capacidad para guiar a las organizaciones en su viaje hacia la IA, permitiéndoles obtener resultados significativos con una inversión bien enfocada, al tiempo que cumplen con estándares éticos y legales. La combinación de las herramientas y soluciones de Microsoft con la experiencia de Minsait en el mercado facilita una rápida adopción de soluciones de inteligencia artificial y garantiza su funcionamiento óptimo.
Una de las ventajas destacadas de este marco de trabajo es su capacidad para impulsar el desarrollo de la inteligencia artificial en todos los sectores, tanto público como privado. Esto no solo multiplica las oportunidades de crecimiento, sino que también fomenta la creación de nuevos modelos de negocio innovadores y sostenibles.
Qué significa RAIL
El acrónimo de RAIL responde, como si de una canción de Rosalía se tratase, a cuatro principios: R de responsabilidad: social, medioambiental y financiera, para asegurar su sostenibilidad; A de ambiciosa: combinando tecnologías tradicionales e innovadoras en busca de un impacto medible en el negocio; I de integración: con los procesos y sistemas de las empresas; L de liderazgo: ejercido desde un punto de vista tecnológico, metodológico y de organización
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