Microsoft ha anunciado una nueva ronda de despidos que afectará a aproximadamente 6.000 empleados en todo el mundo, lo que representa cerca del 3% de su plantilla global.
La decisión forma parte de una estrategia más amplia de reorganización interna, centrada en simplificar estructuras de gestión y realinear recursos hacia áreas prioritarias como la inteligencia artificial y los servicios en la nube.
Los despidos, que abarcarán distintos niveles jerárquicos y regiones geográficas, también alcanzarán a divisiones como LinkedIn. Tal como ha confirmado un portavoz de la compañía, se trata de “cambios organizativos necesarios para posicionar mejor a la empresa en un mercado dinámico”. La medida coincide con el final del año fiscal de Microsoft, que se cierra en junio, un momento habitual en el que la tecnológica suele implementar ajustes internos y redefinir estrategias de negocio.
Esta decisión llega poco más de un año después de que la compañía eliminara 10.000 puestos de trabajo en enero de 2023, en aquel caso afectando principalmente a áreas como el desarrollo del visor de realidad aumentada HoloLens y otros proyectos de hardware.
Presión financiera y foco en la nube e IA
El recorte responde también a la creciente presión financiera derivada de las inversiones masivas en infraestructuras tecnológicas. Microsoft ha destinado miles de millones de dólares al desarrollo y ampliación de sus centros de datos, que alimentan tanto su nube Azure como los servicios de inteligencia artificial generativa. La empresa estima un gasto de unos 80.000 millones de dólares en este tipo de infraestructuras durante el actual ejercicio fiscal.
Este enfoque estratégico apunta a fortalecer su posición frente a competidores en un sector donde la eficiencia operativa y la velocidad de innovación son claves. Microsoft ha sido una de las grandes protagonistas de la actual ola de inteligencia artificial, sobre todo tras su alianza con OpenAI, lo que ha implicado reorientar personal y recursos hacia nuevos servicios y productos.
En paralelo, la compañía ha comunicado recientemente a su plantilla que externalizará parte de sus operaciones de ventas, especialmente aquellas dirigidas a pequeñas y medianas empresas. Asimismo, se han producido reestructuraciones internas en varios equipos técnicos, consolidando un patrón que refuerza la tendencia de reducir capas de gestión y adoptar una estructura más ágil.