Las compras impulsivas en internet ya no son una excepción puntual. Se han convertido en un hábito de consumo consolidado entre la población española. Según el Observatorio Hostinger sobre Transformación Digital 2025, el 35,4 % de los españoles admite comprar sin planificar al menos dos veces al mes. Y aunque un 30 % de ellos se arrepiente justo después de pagar, la mayoría no lo vive como un error.
El informe analiza cómo los entornos digitales influyen directamente en los hábitos de consumo. En ese contexto, más de la mitad de los encuestados identifica a marketplaces como Amazon, Temu o Shein como el principal detonante de sus compras impulsivas. Estas plataformas actúan como estímulos inmediatos que convierten el deseo en clic en cuestión de segundos.
Les siguen las redes sociales, donde canales como TikTok, Instagram o YouTube inducen al gasto no planificado en un 20,7 % de los casos. En base a esto, Walter Guido, Country Manager de Hostinger en España e Italia, ese fenómeno tiene una explicación emocional. “Un vídeo de 15 segundos puede disparar un deseo de compra que no sabías que tenías”, ha explicado. “Las plataformas sociales han convertido el consumo en algo casi instintivo. Ya no compramos solo por necesidad, sino por impulso, por pertenencia o por deseo inmediato”.
Tres de cada diez personas reconozcan haberse arrepentido justo después de hacer clic en “comprar”
Llama especialmente la atención que tres de cada diez personas reconozcan haberse arrepentido justo después de hacer clic en “comprar”. No al día siguiente ni tras pensarlo mejor, sino en el mismo instante. A pesar de ello, una parte importante de los usuarios no lo interpreta como un fallo. Comprar por impulso se ha integrado, para muchos, como un componente más de la experiencia digital.
También hay quienes afirman mantener un consumo más reflexivo. Un 24,1% asegura que nunca compra por impulso online, mientras que el 40,4 % lo hace con menor frecuencia, menos de dos veces al mes. La suma de ambos grupos muestra que más del 64 % de los usuarios mantiene cierto control frente a las tentaciones del entorno digital.
El estudio revela además diferencias de comportamiento entre hombres y mujeres. Las mujeres tienden a realizar compras impulsivas más intensas: un 8,2 % compra más de cinco veces al mes. Los hombres, en cambio, se concentran mayoritariamente en un rango de frecuencia moderada, entre dos y cuatro veces mensuales. Es decir, mientras ellas muestran picos de consumo más marcados, ellos repiten con más regularidad.
En este contexto, la inteligencia artificial empieza a jugar un papel decisivo. La hiperpersonalización facilita las recomendaciones a medida, pero también plantea desafíos en términos de responsabilidad. Para Guido, la clave está en el equilibrio. “El uso ético de la IA puede marcar la diferencia entre manipular y acompañar al consumidor”, ha señalado, aludiendo a la necesidad de diseñar experiencias digitales que respeten la autonomía del usuario.
En definitiva, el informe retrata un ecosistema digital donde el consumo impulsivo se entrelaza con emoción, diseño y tecnología. Y aunque el deseo de compra siga estando a un solo clic, las plataformas tienen ante sí el reto de ofrecer entornos que no solo vendan más, sino también mejor.