El sector de las telecomunicaciones en España podría estar a las puertas de una nueva reconfiguración estructural. Telefónica y MasOrange, los dos principales actores del mercado nacional, han mantenido conversaciones preliminares sobre una eventual operación con Vodafone España, actualmente propiedad del fondo británico Zegona Communications.
Las discusiones, aún informales, reflejan la creciente presión del sector por consolidarse para mejorar su rentabilidad y eficiencia operativa en un entorno altamente competitivo.
Una de las alternativas en análisis contempla el desmembramiento de Vodafone España en distintas unidades, como la red fija, el negocio móvil o la división empresarial
Según fuentes conocedoras de las conversaciones reportadas por Bloomberg, una de las alternativas en análisis contempla el desmembramiento de Vodafone España en distintas unidades, como la red fija, el negocio móvil o la división empresarial. Esta estrategia permitiría evitar problemas regulatorios derivados de una concentración excesiva en determinados segmentos de mercado. MasOrange, nacida de la reciente fusión entre Orange España y MásMóvil, se perfila como un posible comprador de parte de estos activos, incluyendo la marca low cost Lowi.
La operación, aún lejos de concretarse, está condicionada tanto por cuestiones de competencia como por los elevados costes financieros asociados. Zegona adquirió Vodafone España por 5.000 millones de euros en 2023, en una compra aprobada por el Gobierno español el 31 de mayo de 2024.
El propio presidente de Telefónica, Marc Murtra, ha reiterado en varias ocasiones la necesidad de consolidación en el mercado europeo, aunque ha advertido que cualquier movimiento debe preservar el perfil financiero de la compañía. Para esta reflexión estratégica, Telefónica ya se ha movilizado y ha contratado a AZ Capital, firma especializada en fusiones y adquisiciones liderada por Jorge Lucaya, con el objetivo de estudiar la operación y las posibles vías para concretar esta compra.
¿Cómo afectará al sector?
Una posible integración de Vodafone España dentro del ecosistema de Telefónica tendría un impacto significativo en el sector nacional. Actualmente, los cuatro grandes operadores son Telefónica, MasOrange, Vodafone y Digi. Una reducción a tres competidores implicaría una menor rotación de clientes y, por tanto, una caída en los costes comerciales derivados del cambio de operador, como la instalación de servicios, provisión de equipos o descuentos promocionales. Este ajuste reduciría sustancialmente el capex comercial, uno de los grandes retos financieros del sector.
Además, una consolidación de esta magnitud generaría sinergias industriales y laborales considerables: integración de infraestructuras, unificación de canales de venta, redes de atención al cliente y racionalización de inversiones en red. El precedente más cercano es la fusión entre Orange y MásMóvil, cuyas sinergias anuales previstas superan los 500 millones de euros a partir del cuarto año.
En fibra óptica, la suma de Telefónica (31,7%) y Vodafone (13,9%) alcanzaría el 45,6%
Sin embargo, la operación se enfrenta a notables desafíos regulatorios, especialmente en lo referente a cuotas de mercado. En fibra óptica, la suma de Telefónica (31,7%) y Vodafone (13,9%) alcanzaría el 45,6%. En el segmento móvil, la cuota combinada rondaría el 45%. Aunque estos niveles no difieren excesivamente de los alcanzados por MasOrange tras su fusión, la situación se complica en el ámbito empresarial (B2B), donde Telefónica tiene entre el 60% y 70% del mercado. Esta circunstancia hace inviable la absorción total del negocio B2B de Vodafone, que debería segregarse y venderse a otro operador, con MasOrange como el candidato más probable.
En cuanto a la distribución del espectro radioeléctrico, el Gobierno español contempla flexibilizar los límites de espectro por operador, permitiendo así a Telefónica conservar una parte del espectro de Vodafone, mientras el resto se repartiría entre MasOrange y Digi, que está en pleno despliegue de su propia red móvil a nivel nacional.
¿Y la situación política?
El contexto político actual también podría facilitar la operación. La nueva comisaria europea de Competencia, Teresa Ribera, exministra del Gobierno de Pedro Sánchez y cercana a Murtra, ofrece un marco más favorable para este tipo de integraciones.
A esto se suman los recientes informes Letta y Draghi, que abogan por la creación de grandes campeones europeos en sectores estratégicos, como las telecomunicaciones, con el objetivo de ganar escala y competitividad global frente a actores no europeos.