El presidente de Telefónica España, Borja Ochoa, se estrena en el ámbito público haciéndolo en la casa de las telecos, el congreso anual de la patronal DigitalES, con el mismo discurso con el que lo hacían sus predecesores.
Ochoa ha insistido en la necesidad de “conseguir escala” para poder hacer frente a las grandes inversiones necesarias para “ser competitivos”. “En Europa hay una característica que nos diferencia del resto de mercados y es que hay más de 380-385 operadores, mientras que en países como Estados Unidos o China hay tres”, recuerda el directivo de Telefónica España que también ha apuntado que “si analizamos el market cap de las telecos por regiones, en Europa el valor ha caído un 38%, mientras que en Asia y en Estados Unidos ha crecido”.
El nuevo plan estratégico
En la primera intervención de Marc Murtra al frente del grupo Telefónica, el directivo anunció una reestructuración total de la compañía a través de la presentación de un plan estratégico con el objetivo de presentarlo en el segundo semestre, aunque sin una fecha clara. Ahora, con el verano encima, Ochoa matiza esta fecha y asegura que no será antes de “finales de noviembre”, pero con la puerta abierta a que sea más tarde.
Ochoa ha defendido la necesidad de que Telefónica forme parte “clave” de la necesidad de “evolucionar el posicionamiento estratégico de Europa”
En esta línea, Ochoa ha defendido la necesidad de que Telefónica forme parte “clave” de la necesidad de “evolucionar el posicionamiento estratégico de Europa” en este contexto convulso a nivel geopolítico.
En plena reestructuración, Murtra ha acelerado con fuerza la huida del mercado Hispanoamericano, uno de los más débiles a nivel global de la compañía y cuyo camino marcó José María Álvarez-Pallete, reposicionando la teleco en cuatro grandes mercados: España, Reino Unido (en joint venture con Virgin Media), Alemania y Brasil, a lo que se suma el negocio de Telefónica Tech y la puesta en valor de los activos de Telefónica Infra.
En estos primeros seis meses del año, la teleco ha abandonado su negocio en mercados como Perú, México, Colombia, Ecuador, Uruguay y Argentina, entre otras operaciones con un impacto de más de 1.731 millones de euros en pérdida consolidad al incorporar los efectos contables de estas desinversiones.
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