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miércoles 10 de septiembre de 2025, 16:00h

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Un grupo de estudiantes de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) ha sido reconocido con el James Dyson Award 2025 en su fase nacional por Haptika, un dispositivo portátil y no invasivo que devuelve la percepción táctil a personas con prótesis en miembros superiores. El proyecto no solo mejora la precisión del agarre y el control motor, sino que también busca transformar la relación entre los usuarios y sus prótesis, facilitando tanto la vida diaria como los procesos de rehabilitación clínica.

Haptika combina un guante con sensores de presión y un brazalete háptico que se coloca en el muñón. El guante detecta el contacto y la fuerza ejercida en tres dedos, pulgar, índice y corazón, y transmite los datos de manera inalámbrica al brazalete. Este último activa una serie de vibraciones proporcionales a la presión ejercida, lo que genera una retroalimentación sensorial inmediata. De esta forma, el usuario puede ajustar la fuerza aplicada y percibir texturas, movimientos y distintos niveles de presión, una experiencia que las prótesis actuales no ofrecen.

El diseño, pensado para integrarse sin cables ni modificaciones en prótesis existentes, incluye una batería recargable USB-C y controles de sensibilidad para personalizar la intensidad de las vibraciones. “Desde el primer momento vi en este dispositivo un enorme potencial para mejorar la calidad de vida de miles de personas”, ha señalado Núria Aguado, integrante del equipo. Por su parte, Jordi Puig ha recordado el origen de la idea: “En 2019 construí mi primera prótesis biónica impresa en 3D y desde entonces soñaba con una solución que devolviera el sentido del tacto”.

El grupo, formado también por Albert Lladonosa y Jung Ji Suh, recibirá 6.000 euros para continuar el desarrollo del dispositivo. “El reconocimiento nos ayudará a dar a conocer nuestro proyecto y acercarnos a nuestro objetivo: aportar la sensación del tacto a quienes lo necesiten”, han asegurado los cuatro estudiantes.

El certamen también ha premiado a dos finalistas. El primero es Blust, un sistema desarrollado en la escuela ELISAVA de Barcelona que permite el transporte de materiales biomédicos en zonas sin acceso a electricidad. Su diseño integra un panel solar desplegable y refrigeración de ultra bajo consumo, lo que garantiza la cadena de frío de muestras médicas en entornos críticos.

El segundo finalista, Inari, es un proyecto de Alex Zambudio, estudiante de ESDI-Universidad Ramón Llull, que propone sustituir los protectores de plástico para olivos jóvenes por una alternativa biodegradable y compostable fabricada a partir de residuos de la industria del aceite. Tras cumplir su función, estos protectores se descomponen de manera natural y enriquecen el suelo, cerrando un ciclo de economía circular.

Con estas propuestas, España participa en la 20ª edición del James Dyson Award, un premio que impulsa a jóvenes ingenieros y diseñadores a resolver problemas reales con la tecnología. El próximo 15 de octubre se anunciarán los 20 finalistas internacionales y el 5 de noviembre se darán a conocer los ganadores globales, que optarán a un premio de 36.000 euros.

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