La iniciativa se apoya en la infraestructura de los llamados “Trump Accounts”, un programa aprobado dentro de la reforma fiscal del presidente Donald Trump y diseñado para fomentar la inversión financiera desde la infancia.
Según la ley, el Departamento del Tesoro abrirá cuentas de inversión para los niños nacidos entre 2025 y 2028 con una aportación inicial de 1.000 dólares procedentes de fondos públicos. Además, estas cuentas deberán destinarse exclusivamente a un índice bursátil que replique el comportamiento general del mercado, un mecanismo que pretende garantizar crecimiento a largo plazo.
Asimismo, la norma permite que las familias realicen aportaciones adicionales y que los menores retiren los fondos a partir de los 18 años para educación, vivienda o emprendimiento. De este modo, el Gobierno plantea un modelo que combina alfabetización financiera, acumulación de activos y estabilidad económica de cara al futuro.
Una donación que busca activar la participación familiar
La aportación de los Dell se dirige específicamente a los niños de hasta 10 años que cumplan los requisitos de renta y que no reciban la aportación del Tesoro. Se trata de 25 millones de menores que, según el matrimonio, deben disponer de un incentivo claro para activar sus cuentas y empezar a vincularse al mercado financiero desde edades tempranas.
“Si cada niño puede visualizar un futuro por el que merezca la pena ahorrar, este programa construirá algo mayor que una cuenta: construirá esperanza y oportunidad”
Michael Dell, fundador y CEO del imperio tecnológico que lleva su nombre, ha defendido públicamente la iniciativa al explicar que “si cada niño puede visualizar un futuro por el que merezca la pena ahorrar, este programa construirá algo mayor que una cuenta: construirá esperanza y oportunidad”.
Por su parte, Susan Dell ha destacado que pretendían transmitir a los menores que “sus familias, sus comunidades y su país se preocupan por ellos”, una idea que subraya la dimensión social que los donantes atribuyen al programa.
El proyecto también ha recibido el respaldo de figuras del ámbito inversor que promovieron la ley durante su tramitación. A pesar del optimismo del sector financiero, varias organizaciones sociales han recordado que estas cuentas no compensarán de inmediato los efectos de la pobreza infantil, que en 2024 afectaba al 13% de los menores en Estados Unidos. Además, los recortes incluidos en la misma legislación, como los referentes a Medicaid, cupones de alimentos y programas de guardería, podrían limitar el impacto positivo del programa para las familias con rentas más bajas.
A través de su fundación, Michael y Susan Dell han destinado cerca de 2.900 millones de dólares desde 1999, principalmente en iniciativas educativas. Sin embargo, reconocen que no habían contemplado inicialmente una aportación tan elevada para este programa. Con el tiempo decidieron ampliar el compromiso hasta convertirlo en la mayor donación privada dirigida a la infancia de la historia reciente de Estados Unidos.
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