Uber no tiene muchos amigos en México. El servicio online que conecta conductores y pasajeros no está pasando su mejor momento en el país azteca. A las constantes quejas de los usuarios por la poca profesionalidad de los conductores ahora se le une una oleada de manifestaciones a lo largo de la capital Mexico DF.
Las protestas contra Uber, Cabify ( un pequeño competidor de Uber) y el gobierno de la ciudad se han dado cita esta semana, y seguirán en los próximos días. Cientos de taxistas han utilizado sus vehículos para bloquear calles de la capital. En respuesta a esto Uber ha ofrecido viajes gratis a sus usuarios, crispando más el ambiente. El gobierno de DF ha dicho que oirá las peticiones de los taxistas, pero también les ha animado a que usen apps propias. La queja, como en el resto del mundo, viene porque los conductores de Uber no tienen que tener una licencia especial para ofrecer su servicio. Por otra parte, Uber reconoce que no son una empresa de transporte tradicional y, por lo tanto, no está sujeta a la misma regulación que la industria del transporte. Uber es un servicio que une a conductores privados e independientes (no son empleados de la compañía) con pasajeros.
Con éste, Uber continua encarando procesos regulatorios por todo el mundo, con sus oficinas registradas en Bélgica, China, Francia y Holanda. Además ha sido prohibida en países como Alemania o España. En un futuro cercano se tendrá que hacer un consenso para tratar la economía colaborativa y sus modelos de negocio. La gente tiene derecho a poder aprovecharse de esta ventaja de internet (Airbnb, Blablacar,…), pero debe contar con algún tipo de protección, por lo que tiene que estar regulado.
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