LG y Sony han anunciado que en 2017 no sacarán dispositivos con tecnología de visionado 3D. Son las últimas marcas importantes que prescinden de esta funcionalidad empujándola cada vez más deprisa a su final.
Hace unos años, más o menos con la salida a cines de Avatar, se vivió un boom de la televisión 3D. Esta tendencia que cautivo a muchos pero llegó pero no para quedarse. La falta de contenidos preparados para 3D y la prioridad de importancia de otros factores como la calidad de imagen han llevado a los fabricantes a ir desechándolo. El año pasado fueron Samsung y LG los que redujeron drásticamente su oferta de este servicio, ahora ya anuncian junto a Sony, Philips, Hisense,etc…que dejarán de comercializarla.
Y es que la tendencia no ha sido nada positiva. De hecho, según datos de la firma de análisis NPD Group, las ventas en el mercado estadounidense de televisores con 3D han disminuido desde 2012 y únicamente el 8% del total de ventas en 2016, frente al 16% con el año anterior.
Buscar una mayor escalabilidad, mejorar la calidad de imagen y aumentar las posibilidades de entretenimiento son las áreas donde la industria va a apuntar. Sin embargo, en la gran pantalla la tecnología 3D sigue funcionando y cuando sacan algún título importante y preparado para disfrutar con gafas tridimensionales la gente acude a verlo. Personalmente tengo que decir que ver eventos deportivos y películas en 3D era una actividad que impresionaba mucho. Es de suponer que la falta de contenidos ha sido la guillotina de esta tecnología, no la experiencia que aportaba.