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domingo 15 de abril de 2018, 18:00h

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Paul Jabobs, quien fue destituido como presidente de Qualcomm en marzo, avanza en su búsqueda de fondos de financiación para hacerse con el control del fabricante de semiconductores. De acuerdo con fuentes cercanas a sus planes, podría realizar una oferta en los próximos dos meses.

Jacobs, hijo del co-fundador Irwin Jacobs y antiguo CEO de la compañía, se ha reunido con inversores estratégicos y fondos soberanos con la intención de recaudar el capital suficiente con el que completar el trato y hacerse con el control de Qualcomm de aquí a dos meses.

Jacobs avanza en las negociaciones con inversores para hacerse con el cotrol de Qualcomm de aquí a dos meses.

Sus esfuerzos por privatizar al fabricante de chips constituyen también un intento por preservar la influencia de la familia Jacobs sobre la compañía que fundaron en 1985.

Uno de los potenciales inversores es el desarrollador de chips ARM, propiedad de SoftBank desde 2016, cuya tecnología constituye la base para la mayoría de procesadores utilizados en smartphones y tablets, incluidos los procesadores de Qualcomm. Sin embargo, ARM ha negado haber negociado con Jacobs sobre la posible adquisición de Qualcomm.

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Los planes de Jacobs

Bajo los planes de Jacobs, el control de la compañía permanecería en los Estados Unidos, lo que según el ex-presidente ejecutivo evitaría el tipo de escrutinio que impidió el intento de compra de su rival Broadcom por valor de 117 mil millones de dólares. Fue el presidente Trump quien bloqueó este acuerdo, después de que el Comité de Inversión Extranjera expresara su preocupación sobre los posibles riesgos para la seguridad nacional.

No obstante, Jacobsse ha querido adelantarse a los posibles escenarios y ha hablado con el Comité de Inversiones Extranjeras de Estados Unidos para contemplar los problemas que podrían surgir, sobre todo, si la mayor parte de la propiedad económica proviniera de fondos soberanos extranjeros.

Por otro lado, Jacobs no considera que Qualcomm deba dividirse, pero sí cree que puede implementar su plan solo mediante la privatización de la compañía, porque requerirá una inversión significativa así como otros aspectos con los que accionistas públicos no estarían de acuerdo.

Finalmente, Jacobs planea mantener la política de licencias de Qualcomm, a diferencia de Broadcom.

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