Vodafone podría llegar a un acuerdo para hacerse con el control de las redes de cable del operador Liberty Global en Alemania y algunos países de Europa del Este, lo que supondría el mayor acuerdo de telecomunicaciones europeo en casi cinco años.
Según ha señalado el Financial Times, las conversaciones entre las multinacionales se encuentran en sus últimas etapas, por lo que el acuerdo podría completarse en las próximas dos semanas.
De llevarse a cabo, la transacción alcanzaría un valor de 16.500 millones de dólares, deuda incluida, y de esta manera, se convertiría en el mayor acuerdo de telecomunicaciones europeo en casi cinco años. Asimismo, pondría fin a años de especulación sobre el asunto.
El transcurso de las negociaciones
Vodafone y Liberty Global habían mantenido conversaciones en el pasado en lo que respecta a un acuerdo de magnitudes similares. Sin embargo, las charlas sobre el intercambio de activos finalizaban en septiembre de 2015 después de meses de negociaciones.
Las compañías retomaron las discusiones en febrero, aunque apenas han revelado detalles de las propuestas desde entonces.
Es probable que el acuerdo abarque las operaciones de Liberty Global en Alemania, Rumania, Hungría y la República Checa.
De acuerdo con lo descrito por Vodafone en un inicio, es probable que el acuerdo abarque las operaciones de Liberty Global en Alemania, Rumania, Hungría y la República Checa.
La compañía de telecomunicaciones y televisión americana también tiene activos en el mercado local de Vodafone en el Reino Unido e Irlanda, aunque de momento parece poco probable que se incluyan.
Disputas entre operadores
Las noticias han generado un fuerte enfrentamiento entre Vodafone y la compañía alemana Deutsche Telekom, dos de las empresas de telecomunicaciones más grandes del mundo.
Las tensiones comenzaron justo después de hacerse públicas las intenciones del acuerdo entre Vodafone y Liberty Global, cuando Tim Hoettges, CEO de Deutsche Telekom, dijo que lucharía por frenar la adquisición.
Vittorio Colao, CEO de Vodafone, intervino en respuesta a estas declaraciones y desde entonces, ambos se han envuelto en una “batalla pública” en la que compiten por convertirse en el centro de las telecomunicaciones en Europa.