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Compartición de redes móviles para reducir costes

miércoles 22 de octubre de 2014, 13:04h

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Comparticion de redesDentro de la estrategia que siguen algunos operadores móviles y, también, fijos, para reducir sus costes de implementación de red (CAPEX) y operativos de explotación (OPEX), la compartición de redes, en mayor o menor grado, se presenta como una alternativa a considerar. La compartición de redes es, pues, una manera lógica de combinar recursos para un beneficio mútuo.

 

Ante una situación económica difícil, como la que estamos pasando, es lógico que los operadores se replanteen la situación y actúen teniendo en cuenta que el ahorro de costes es fundamental no solo para mantener su competitividad, sino incluso para su supervivencia y, por ello, están estudiando y llevando a cabo diversas formas para lograrlo sin disminuir su eficiencia. Una de ellas es la de compartir infraestructuras entre ellos, lo que se traduce en una mayor eficiencia financiera e incluso en poder proporcionar un mejor servicio, ya que así se puede extender la cobertura de la red a un coste muy reducido y en un menor plazo de tiempo.
Un reciente estudio de la consultora ABI Research indica que a nivel mundial los ahorros combinados de CAPEX y OPEX derivados de una compartición activa de infraestructuras podrían llegar a 40.000 millones de euros en el plazo de los próximos 5 años, un 40% superior a si solamente se compartiesen pasivamente.
Además, las dudas que existen en ciertos segmentos de la población acerca de los posibles efectos perjudiciales producidos por las antenas ha causado dificultad para que las Comparticion de redesoperadoras encuentren nuevos emplazamientos, y la compartición de los ya existentes se presenta como una buena solución.
Muchas son las ventajas de compartir una red, o parte de ella, entre dos o más operadores; sin embargo, éstos también tienen que sopesar en la toma de decisión algunos de sus aspectos negativos. Así, por ejemplo, una vez que el operador decide compartir su red con otro, puede perder la independencia en su gestión, además de tener que compartir ciertos datos críticos sobre su red y su evolución.
Todas estas cuestiones requieren un análisis muy cuidadoso si se quiere acometer con éxito esta alternativa, ya que, como siempre, serán muchos los factores que haya que tener en consideración, no solamente técnicos, sino también políticos y de oportunidad, para decidirse o no por una solución de este tipo.
En el caso de las redes móviles la compartición de redes no es un hecho nuevo y, de hecho, ya lleva varios años siendo contemplado y promovido por la Unión Europea al objeto de reducir las inversiones necesarias, puesto que de esta manera la misma infraestructura, creada para dar cobertura atendiendo los compromisos adquiridos por los operadores al adjudicárseles las respectivas licencias, podría ser utilizada por varias compañías, siempre que el número de usuarios no supere su capacidad. Evidentemente, también se ven reducidos los gastos de operación. En el caso de compartición pasiva las autoridades de regulación no plantean ningún problema, pero en el caso de ser activa, en algunos países no está permitido aún.

Modos de compartir una red móvil

La principal distinción a hacer cuando se habla de compartir redes es entre compartición pasiva y activa. La compartición de infraestructura pasiva se refiere al caso en el que los operadores de red (MNO) comparten elementos tales como las propias ubicaciones
-incluidos los edificios y mástiles- o los sistemas de energía y refrigeración (lo que se conoce como site sharing), pero no elementos activos de la red. Si los operadores acuerdan la compartición de elementos activos, entonces se pueden incluir elementos como los sistemas radiantes y nodos B (RAN sharing), capacidad de transmisión (backhaul) e incluso elementos del núcleo de red (common shared network). Hasta ahora, la mayoría de acuerdos conciernen solo a los elementos pasivos, pero pueden ir más allá, ya que se eliminan las barreras tecnológicas y, mediante las herramientas de gestión de la red, se pueden tener varias redes virtuales soportadas por la misma red física.
Una red móvil consta de varias partes, que en las de 3G son, básicamente, el núcleo de la red (Core network) y las estaciones base de radio o nodos B (emplazamientos) que dan servicio a los usuarios ubicados en su zona de cobertura. Dependiendo de qué se comparta y cómo se comparta, el ahorro de costes puede ser mayor o menor, la extensión de la red más o menos rápida y su gestión más sencilla o más complicada. El caso de las redes 2G es similar.
Comparticion de redesLas soluciones técnicas más usuales que se pueden dar son: red compartida geográfica (basada en itinerancia nacional), RAN compartida (basada en RNC virtual) y emplazamientos compartidos (emplazamientos y energía). Cada una de estas soluciones, que pueden darse independientemente o combinadas (solución híbrida), se pueden implementar en distintas fases, siempre respetando los operadores la normativa en vigor y siendo la magnitud del ahorro conseguida diferente, pero en cualquier caso importante, debido a las economías de escala.
La primera opción es la que aporta un mayor ahorro, que puede llegar a ser superior al 50%, pero requiere del establecimiento de acuerdos de itinerancia (roaming) nacional o geográfico. La última es la que menos ventajas proporciona (ahorro medio del 20% al 30%, según que se comparta solo el sitio, los mástiles o la energía), aunque, por contra, es la más sencilla y rápida de implementar, ya que solamente requiere ponerse de acuerdo sobre qué elementos compartir.
Por otra parte, también se pueden compartir las áreas de cobertura, de tal manera que diferentes operadores proporcionan el servicio en cada una de ellas, pero mediante acuerdos de roaming, los clientes de uno pueden tener acceso a los de otro.
Un aspecto que hasta ahora no ha sido comentado es el de los servicios, ya que aunque la red sea una para varios, puede existir una diferenciación entre los servicios que presten los operadores que se sirvan de ella. En este caso, también pueden ser diferentes los modelos de negocio y de facturación, ya que el operador se puede limitar a ofrecer su red móvil a otros o tener un mayor control, ofertando él mismo los servicios, a través de un portal propio, a sus usuarios.

Algunos acuerdos de compartición
Hay múltiples acuerdos de compartición, tanto en Europa como en otros contienes.
La idea y práctica de compartir infraestructuras no es nada nuevo, y tenemos varios ejemplos de ello. Así, por ejemplo, Vodafone y Orange (France Telecom), en noviembre de 2006, llegaron a un acuerdo entre ambos grupos para compartir (RAN sharing) en España el despliegue de sus nuevas redes de 3G para aquellas poblaciones con menos de 25.000 habitantes de 19 provincias.
El acuerdo trata de solventar las grandes dificultades legales y sociales que tienen en la actualidad en nuestro país todas las operadoras móviles tanto para lograr licencias para nuevos emplazamientos para sus antenas, como para ampliar o renovar los ya activos. Su objetivo era llevar la banda ancha móvil a las zonas rurales o con poca densidad de población, y el Comparticion de redesacuerdo permitirá optimizar y racionalizar el despliegue de las redes 3G, limitando el impacto medioambiental, a la vez que mejora la cobertura de ambas operadoras.
Por su parte, Telefónica y Yoigo llegaron, en julio de 2007, a un acuerdo de ámbito nacional para aunar parte de sus infraestructuras de telefonía móvil 3G durante un periodo de cinco años prorrogable, lo que puede significar para Yoigo un importante potencial en el despliegue de su red 3G, reduciendo costes y plazos de instalación. Este acuerdo tiene el objetivo para ambas de mejorar la calidad de sus servicios y llegar a un mayor número de usuarios en zonas rurales y en las ciudades, así como para reducir los costes de despliegue.
Pero estos acuerdos no se limitan solo a España, y así, también, desde diciembre de 2007 hay un acuerdo entre T-Mobile y 3 UK en el Reino Unido, lo cual supone un ahorro estimado superior a los 2.000 millones de euros en diez años. También, en febrero de 2008 se firmó otra alianza entre Vodafone UK y Orange UK para acordar conjuntamente los sitios y la infraestructura para sostener las radiobases, lo que implicará, en este caso, una reducción de 15% en el total de bases instaladas, con el consiguiente ahorro de energía y espacio, pero cada una mantendrá su propia infraestructura de red y de servicios. También, tienen acuerdos de este tipo Telstra/3 y Vodafone/Optus en Australia, y Tele2/Telia y 3/Telenor en Suecia.
Por su parte, Telefónica y Vodafone anunciaron en marzo de 2009 un pacto global para compartir –pasivamente– parte de sus infraestructuras en algunos de los países en los que ambos tienen presencia simultánea, alegando como razón el hacer frente a la crisis económica y la consiguiente caída de la demanda, por medio de una fuerte reducción de costes.
El caso más reciente de todos es el de T-Mobile y Orange, en el Reino Unido, que en septiembre de 2009 decidieron formar una joint venture 50-50, con lo que es de esperar que en un futuro cercano se consoliden ambas redes 2G y 3G en una sola, permitiendo ahorros sustanciales, ya que se estima que habrá un 20% de reducción en el número de estaciones base actualmente desplegadas por cada operador y un 35% de reducción en el número de emplazamientos. También está previsto compartir la transmisión y los elementos del núcleo de red.
En todos estos casos, además de los beneficios expuestos para los operadores, los clientes también se beneficiarán de mejoras en la cobertura a largo plazo, particularmente en servicios como la banda ancha móvil, y en capacidad y, al reducir los costes de las redes, ambas compañías podrán continuar invirtiendo en el desarrollo de productos y servicios innovadores para sus clientes.

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