www.zonamovilidad.es

La televisión que no se mueve

miércoles 22 de octubre de 2014, 13:04h

Escucha la noticia

Television movilEl ministro de Industria, Turismo y Comercio, Joan Clos, anunció, durante la inauguración del Congreso 3GSM World, Barcelona 2007, que el Gobierno está preparando la nueva ley que regulará específicamente las condiciones para la prestación de los servicios de televisión en movilidad. Las preguntas a raíz de tal afirmación son infinitas. ¿Con qué tecnología?

Clos explicó que “con el fin de agilizar y acelerar el desarrollo de esta nueva tecnología, los operadores de televisión en movilidad sólo necesitarán de simples autorizaciones administrativas” y añadió que “la nueva regulación se ha incorporado al borrador del anteproyecto de Ley de Impulso de la Sociedad de la Información (LISI)”. Se refería el Ministro en sus declaraciones a los permisos que las cadenas, agregadores o proveedores de contenidos de televisión necesitarán cuando, terminado el proceso técnico y legal, llegue el momento de pensar en la emisión y sumarse a ella. Pero, previamente, tendrá que haber un concurso para adjudicar la frecuencia asignada a un ‘broadcaster’ (operador de red televisiva) quien deberá gestionar lo que técnicamente se denomina multiplex (un ancho de frecuencia, el cual hay que multiplexar para que entren la mayor cantidad posible de canales de TV; aquí, probablemente, entre dieciséis y veinte) y asignar los canales a aquellas empresas que lo soliciten y cumplan los requisitos. Con el objetivo de conseguir el máximo consenso social, el Ministro anunció “la apertura de un período de información pública para que cualquier ciudadano pueda opinar sobre aspectos como el mecanismo previsto para el uso del múltiplex digital sobre el que va a transmitirse esta nueva modalidad de televisión”. A ese periodo de información pública, prevista en principio para los primeros días del mes de marzo, evidentemente, no acudirán los ciudadanos, pero sí los agentes del sector que, de una forma u otra, pudieran estar involucrados o interesados en el proyecto. Y, aunque a casi todos les ha pillado por sorpresa, parece que una de las finalidades del mismo es “obtener comentarios y propuestas para la mejor explotación del múltiples” o lo que es lo mismo, poder establecer con corrección el pliego de condiciones que, posteriormente, deberán cumplirse para acudir al concurso; ya que, en contra de lo que muchos han interpretado en base a las palabras del Ministro, habrá un solo adjudicatario para la gestión de la frecuencia y, por tanto, –y tal vez esto es lo más importante- esa será la empresa que disponga el tipo de tecnología o sistema de transmisión que se utilice.

 ¿Por qué es importante la noticia? Entre otras cosas porque el Gobierno, con buen criterio, pensando en presente y futuro, cambió su planteamiento original de vincular el espectro radioeléctrico a un sistema de transmisión concreto y proclamó –en primicia a esta revista- el principio de neutralidad tecnológica. Sin embargo, al haber un sólo operador de red TV la decisión desciende un escalón, de forma que, si bien la legislación no es vinculante y, por tanto, se puede utilizar la frecuencia con la mejor solución existente en el momento de la adjudicación o cambiarse de forma inmediata en cuanto haya evoluciones posteriores, lo cierto, es que el espectro sí se vinculará a un sistema.

¿Cuál será? Hace exactamente dos años, iniciamos una serie de reportajes e informaciones que han ido dando cuenta, cumplidamente, de las tecnologías, las pruebas, los estudios, etc. que sobre la televisión en movilidad han ido surgiendo. Viajamos a Asia para probar DMB, a América para saber que significaba Media Flo y a Finlandia para comprobar como se veía un Mundial de Atletismo emitido en DVB-H. Japón, por su parte, realizó sus propios desarrollos con ISDB-T. Aunque si de siglas se trata, como ya hemos demostrado en otras ocasiones, podríamos escribir letras hasta aburrir. Pero si intentamos resumir, recordemos que había tres vías principales de transmisión de la señal de televisión digital a dispositivos móviles: satelital, terrestre y celular. En cada una de ellas se pueden implementar diferentes tecnologías, pero, salvo la red celular (la misma a través de la cual transmiten actualmente los operadores de telefonía móvil), las otras requieren un despliegue de infraestructuras (antenas). Los sistemas no son incompatibles entre sí y hay quien asegura que en un futuro podrían, incluso, ser compatibles. De hecho, por si sí o por si no, Qualcomm ha desarrollado un chip multimodal para que los fabricantes puedan lanzar teléfonos compatibles con los tres sistemas imperantes: el europeo DVB-H, el americano Media Flo y el japonés ISDB-T. En este marco, la pregunta del millón es qué tecnología se va a implementar en España, ya que mientras llega el apagón analógico y se liberan las frecuencias, sólo hay un trozo de tarta para repartirse. Podrían desembarcar los americanos de Qualcomm y apostar con fuerza por Media Flo, un sistema desarrollado tecnológicamente desde la primera capa de forma específica para la transmisión de televisión en movilidad y que recientemente ha lanzado Cingular en EE.UU; pero parece poco probable. Podría ocurrir que nos encontráramos con un consorcio de operadores móviles como ha ocurrido en otros países de Europa pero, por razones que desglosaremos y que se resumen en ¿qué recibirán a cambio? no nos encaja. Por tanto, queda la apuesta evidente, la de los operadores de red de TV ya existentes, que tienen el know how (la experiencia), que llevan años realizando pruebas y que son quienes objetivamente están interesados. En nuestro país, este campo lo lidera Abertis, antigua Retevisión, cuya apuesta, a juzgar por sus múltiples test parece ser DVB-H: una adaptación de la televisión digital terrestre para la cual empresas como Nokia o Samsung ya tienen varios terminales desarrollados. Otro concurrente podría ser Axion, ya posicionado en otros puntos del viejo Continente; o bien, algún tipo de join venture, o acuerdo entre unos y otros. Así, el adjudicatario deberá gestionar ‘el’ multiplex y asignar, como hemos comentado, los slots o canales a las diferentes cadenas, difusores o agregadores de contenidos. Es a estos a quienes el Ministerio otorgará autorizaciones administrativas y a quienes se refirió Clos en su discurso; un discurso que algunos, con más o menos acierto, han interpretado como un guiño a los licenciatarios de televisión digital terrestre, para que sepan que podrán acceder a un canal. Hay que reseñar que, con todo esto, el Ministerio consigue también que el titular de la frecuencia no sea el dueño de los contenidos y que el nuevo sistema de televisión pueda ser plural.

¿Cuándo? Realizar cálculos de tiempo es aventurarse en exceso. Hay que esperar la finalización del período de información pública y del marco jurídico (LISI), la convocatoria del concurso, la adjudicación, el despliegue de infraestructuras, el reparto de canales y el inicio de emisión. Además, la puesta en el mercado de terminales (que serán caras y no sabemos si estarán subvencionadas por el operador) y la venta de un parque suficiente de dispositivos para que se pueda poner en marcha la interactividad e iniciar, por fin, el retorno de la inversión. Pero aquí topamos con otro problema, un reparto de beneficios que no deja claro si ese retorno será suficiente o de qué plazo de tiempo hablamos. Y por último, para que de verdad tengamos televisión en movilidad y podamos disfrutarla, ¿habrá que pagar? ¿Estamos dispuestos a ello? Los estudios aseguran que sí, pero huelga hablar del más que dudoso éxito de las encuestas en España. El Gobierno cumple El gobierno cumple Lo que queda claro es que salga adelante, o no, triunfe, o no, el Gobierno tiene la obligación de poner los medios para que la tecnología esté disponible y, quienes consideren, puedan desarrollar el negocio y, eso, parece que sí está próximo a cumplirse. Además, debe garantizar un reparto equitativo y objetivo de canales que, salvo intermediación política o mediática, también parece que puede ocurrir. Los deberes de Ros están bien hechos.

Pero ¿le interesa esto a los operadores móviles?

Paralelamente al panorama que hemos presentado, las redes de telefonía celular aumentan día a día su ancho de banda, optimizan su modulación e incluso reutilizan frecuencias que quedan libres (900 Mhz) y que ofrecen un mayor rendimiento y alcance. Las empresas de I+D+i que lideran el sector, como Qualcomm, Huawei, Nortel, Ericsson, Alcatel-Lucent, Nokia-Siemens hablan de tecnologías presentes y futuras, de evolución, de continuidad, de LTE, de OFDM, IMS/A-IMS o, lo que es lo mismo, de anchos de banda de hasta 100 Mbps en movimiento; con una modulación más eficiente que permite enviar más códigos en una sola unidad de transmisión lo cual repercute en la gestión del espectro y del tiempo; y con una plataforma que permitirá la creación de nuevos servicios y aplicaciones. Con todo ello, los operadores celulares o móviles, sin contar con nadie más, pueden montar, o habría que decir mejorar, su parrilla de programación, crear sus bancos de streaming (descargas) y ofrecer a los usuarios un auténtico sistema de televisión en movilidad para el cual requieren inversiones mucho menores y, en cualquier caso, necesarias para su propio negocio. Se podrían utilizar los mismos terminales homologados para telefonía y el pastel sería, salvo o incluso por el contenido, totalmente suyo. Al fin y al cabo, su modelo predilecto de difusión de contenido es aquel que produce interactividad y, por lo tanto, tráfico. A fuer de ser francos, hay que reconocer que la tecnología de la que hemos venido hablando, si bien es posible que ofrezca mayor calidad de imagen, no está pensada para los operadores móviles. Aún quedaría un último problema un tanto farragoso, el sistema de emisión, ya que, al ser unicast (punto a punto) podría no haber suficiente ancho de banda para todos. Pero la solución que se vislumbra podría ser la emisión multicast (emisión que se puede enviar simultáneamente a diversos receptores interesados y que se puede replicar cuando sea necesario para todos aquellos que lo soliciten, lo cual permite tanto la conexión en directo como el streaming) y la tecnología que lo hace posible también la hemos visto en Barcelona, en las pruebas de MBMS (Multimedia Broadcats & Multicast Sistem) realizadas conjuntamente por Qualcomm y Huawei. Hay que apuntar, también, que ya se han visto en Barcelona soluciones en las cuales el botón navegador de los teléfonos o su teclado alfanumérico cumplen la misión de mando y, por tanto, cambian de canal con una pulsación. Por otra parte, el aumento de la banda y el desarrollo de otras tecnologías inalámbricas pudiera llevar, en breve, a la posibilidad de conectarse a la televisión IP como si se hiciera desde un ordenador; a lo cual hay que sumar el aumento en la capacidad de almacenamiento, por que hoy es una realidad la descarga en los terminales móviles, a través de software popular, de películas enteras que se pueden almacenar en las tarjetas de memoria (una película ocupa de media unos 700MB) para que estén a nuestra disposición en cualquier momento.

Decidirá el usuario La decisión final queda en manos del usuario. Hay quien dice que allá donde ya funciona la televisión en movilidad los clientes se conectan del mismo modo que lo hacen en casa o en el coche con la radio. La encienden impulsivamente, la dejan funcionar, la escuchan y sólo atienden cuando algo les resulta llamativo. También es posible que cojamos un autobús y no queramos ver lo que ‘echen’ sino descargar el telediario al que no hemos llegado o el capítulo de la serie que nos hemos perdido. Sin embargo, hay otro sin fin de posibilidades, dejemos correr la imaginación.

 

 

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios