Pese al buen funcionamiento del negocio, la compañía ha frenado su crecimiento por el impacto de la división de semiconductores que se ha visto afectada por la crisis global de este sector.
Durante los primeros tres meses del año, Samsung ha conseguido un EBITDA de 8.785 millones de dólares, lo que supone un 42,9% más que hace un año, ampliando sus ganancias operativas un 45,5% interanual hasta los 8.450 millones de dólares.
Los ingresos consolidados de Samsung subieron un 6%, hasta los 48.670 millones de euros
Los ingresos consolidados de Samsung alcanzaron los 48.670 millones de euros (65,39 billones de wones), lo que implica un aumento del 6% respecto al trimestre anterior y un récord para el primer trimestre.
Estos resultados se deben en gran medida al buen rendimiento de la división de telefonía móvil con unos ingresos de 29,21 billones de wones (21.750 millones de euros) y unos beneficios operativos de 3.270 millones de euros (4,39 billones de wones), sobreponiéndose a la bajada de la demanda general en el mercado y registrando un crecimiento sustancial tanto de ingresos como de beneficios debido, en parte, al buen rendimiento de la gama Galaxy S21 y la serie A. Pese a ello, la marca ya advierte que se espera una disminución de las ventas en el segundo trimestre por la escasez de suministro de componentes.
En cuanto al negocio de redes, las ventas en el primer trimestre aumentaron en términos intertrimestrales con una sólida rentabilidad, liderada principalmente por el crecimiento del negocio en Norteamérica y Japón.
En detrimento, el negocio de chips se ha visto fuertemente afectado por la crisis global de los semiconductores, algo que continuará durante el segundo trimestre del año y que la compañía surcoreana confía en que empiece su recuperación de cara al segundo semestre, aunque con estas perspectivas, Samsung va a maximizar su capacidad de suministro de chips, reforzando la cooperación con la fundición propia y ampliando el uso de fundiciones subcontratadas.
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