La teleco española Telefónica está estudiando diferentes opciones para poder hacer caja con su red de fibra, para lo cual se ha reunido con varios asesores de cara a la posibilidad de llevar a cabo una escisión de la unidad antes de un posible acuerdo para incorporar nuevos inversores, según fuentes cercanas al asuntos citadas por la agencia que valoran el negocio de fibra español de manera independiente en unos 15.000 millones de euros.
Por el momento, las decisiones son bastante iniciales y se encuentran en las primeras etapas por lo que no es probable que se conozca una decisión por parte de la ejecutiva de la compañía antes de 2022 como mínimo antes de empezar a negociar con posibles inversores y no se ha tomado ninguna decisión ni sobre el momento en el que se realizará ni el tamaño de la transacción.
Portavoces de Telefónica han rechazado hacer ningún tipo de comentario ante estas informaciones, ni confirmando ni desmintiendo.
Objetivo: seguir reduciendo deuda
El objetivo detrás de estos análisis es precisamente la reducción de su abultada deuda, el gran plan de José María Álvarez-Pallete desde que asumió la presidencia, una cuestión que ha acelerado con la venta de varios activos de infraestructuras, especialmente la venta de Telxius a principios de año y de varias filiales en América del Sur como parte de la estrategia anunciada en noviembre de 2019.
El año pasado el propio Álvarez-Pallete reconoció que había mucha “opcionalidad” para la unidad de fibra de Telefónica en España, algo que recordó el propio Ángel Vilá, CEO de Telefónica, en febrero de este año, aunque en aquel momento se descartó la venta “por el momento”.
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