Según Bruselas, China está impidiendo que las empresas de la Unión Europea que tienen derechos de tecnologías clave (como 3G, 4G y 5G) puedan protegerlos cuando sus patentes se utilizan de forma ilegal o cuando no reciben una compensación adecuada por ello, como por ejemplo por los fabricantes chinos de smartphones.
En este sentido, la Comisión Europea destaca que los titulares de patentes que acuden a los tribunales fuera de China a menudo han de pagar multas elevadas en China, lo que fuerza a las compañías a conformarse con tasas de concesión de licencias por debajo de los precios de mercado.
Esta política china es “sumamente perjudicial” para la innovación y el crecimiento en Europa
Por eso advierten que esta política china es “sumamente perjudicial” para la innovación y el crecimiento en Europa y “priva a las empresas tecnológicas europeas de la posibilidad de ejercer y hacer valer los derechos que les confieren una ventaja tecnológica”.
En este sentido, el vicepresidente ejecutivo y comisario de Comercio de la Unión Europea, Valdis Dombrovskis, ha destacado que “debemos proteger la vitalidad de la industria de alta tecnología de la UE, un motor de la innovación que nos asegura una posición de liderazgo en el desarrollo de futuras tecnologías innovadoras” y ha defendido que “las empresas de la UE tienen derecho a recurrir a la justicia en condiciones equitativas cuando su tecnología se utiliza de manera ilegal. Ese es el motivo por el que hoy ponemos en marcha consultas en el marco de la OMC”.
Presiones desde agosto de 2020
Estos problemas se retrotraen a agosto de 2020 cuando los tribunales chinos empezaron a dictar decisiones para presionar a las empresas de la Unión Europea con patentes de alta tecnología y evitar así que protejan sus tecnologías de manera legítima. Además, desde entonces los tribunales chinos han amenazado con imponer multas cuantiosos para disuadir así a las empresas europeas el recursos a tribunales extranjeros. Estas actitudes por parte de los tribunales chinas se empezaron a producir apenas dos meses después del duro varapalo que Estados Unidos asestó al gigante Huawei, una de las principales compañías a nivel mundial en materia de patente de telecomunicaciones.
Estas actuaciones por parte de los juzgados chinos dejan en una situación de desventaja importante a la hora de luchar por sus derechos a las empresas europeas. “Los fabricantes chinos solicitan estos mandamientos judiciales antiproceso a fin de beneficiarse de un acceso más barato o incluso gratuito a la tecnología europea”, aseguran desde Bruselas.
Ante estas actuaciones, desde la Unión Europea se ha intentado encontrar una solución con el Gobierno de China, pero ha sido infructuoso, motivo por el que han llevado el caso a la OMC. Se abre así un plazo de 60 días en el que se espera que China y la UE sean capaces de solucionarlo con la intermediación de la OMC, sino se constituirá un grupo especial que tendrá que pronunciarse sobre el caso.
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