Texto: Agustín Montes, de Cable & Wireless España
En el mundo de las telecomunicaciones, como en cualquier mercado de producción, concurren una serie de agentes que hacen posible la generación del servicio. En el caso de las telecomunicaciones, la cadena comenzaría en los fabricantes y desarrolladores, luego pasaría por los operadores de redes y los proveedores de servicios, hasta llegar al usuario final. Los operadores de redes son agentes imprescindibles en la cadena de valor del sector de las telecomunicaciones, pero ¿cuál es su aportación? Tradicionalmente, los operadores de redes han sido los proveedores de infraestructura a través de la cual se ofrecían servicios de telecomunicaciones a escala mundial. A lo largo de los años, los operadores han ido desarrollando las infraestructuras por medio de redes troncales globales, como cables de fibra óptica terrestres y submarinos o satélites. Gracias a estas redes troncales, hoy en día se pueden interconectar los cinco continentes. El desarrollo de estas redes necesita grandes inversiones, por lo que muchas se crean en forma de consorcio con la participación de varias operadoras. Curiosamente, estas operadoras de redes de ámbito internacional, aunque representan una parte clave de la cadena de comunicación, son los grandes desconocidos del gran público. Mucho más conocidos para los usuarios finales son sus clientes, los operadores nacionales de cada país. Las redes de los operadores incorporan a la propia complejidad tecnológica, la complejidad geográfica, es decir, tener que construir y gestionar una red con puntos de presencia en innumerables países, cada uno con sus propias características (legales, técnicas, económicas, etc...). Adicionalmente, la conectividad de países enteros puede depender de estas redes, por lo que las medidas de seguridad y garantía de servicio son extremas y muy superiores a las de las redes convencionales. Gran parte de esta infraestructura ha sido renovada en la última década, para hacer frente a las nuevas oportunidades que ofrecía un sector como las telecomunicaciones, recientemente liberalizado, el boom de las punto.com y la gran explosión de los servicios de banda ancha. En 1978 el total de fibra óptica instalada en el mundo era solamente de 960 kilómetros, cuatro años después, se podría llegar a la luna con la longitud total de los cables de fibra únicamente de los Estados Unidos, que alcanzaba los 400.000 kilómetros. La renovación y el crecimiento ha sido tal, que en la actualidad en todo el mundo existen más de 55 millones de kilómetros de fibra óptica. La tecnología ha estado tradicionalmente identificada con servicios específicos de telecomunicaciones, lo que ha conllevado a un diseño de redes distinto para cada tipo de servicio. Hablamos principalmente de redes que soportan servicios de voz conmutada, y servicios de datos (FR/ATM), IP y MPLS. Las redes de voz conmutada son las utilizadas para la telefonía tradicional, diseñada primordialmente para la transmisión de voz, aunque pueda también transportar datos, como es el caso del fax. Para poder realizar llamadas a cualquier parte del mundo, independientemente de quién sea el proveedor del servicio, las redes de los distintos operadores se interconectan entre sí según protocolos establecidos. Las redes más utilizadas para el transporte de datos son las llamadas Frame Relay (FR) y ATM. Se utilizan para la transmisión de información: mensajería electrónica, centralización de información en oficinas distribuidas, etc. Son servicios mayoritariamente utilizados en el mundo empresarial y prácticamente desconocidos para el usuario residencial. Otras redes son las IP, que forman lo que comúnmente conocemos por Internet. Numerosas redes interconectadas entre sí a escala mundial, con un conjunto de protocolos específicos, siendo el más destacado TCP/IP. Estas redes continúan en auge, alcanzando ya los 1.000 millones de internautas en el mundo, según un estudio reciente de Morgan Stanley. Las redes de nueva generación, llamadas MPLS, y son fruto de la evolución de las actuales redes IP. Se trata de redes IP gestionadas que soportan "Classes of service" (CoS), una característica que permite a los usuarios clasificar sus aplicaciones y dar prioridad a aquellas que son críticas y sensibles al tiempo - tales como vídeo o voz-, sobre el tráfico que no es crítico en cuanto al tiempo, - correo electrónico o datos no prioritarios-. Asimismo, asigna a cada uno el ancho de banda que requiere. El protocolo Internet (IP) se está convirtiendo rápidamente en uno de los medios preferidos de intercambio de información en las numerosas redes de voz y de datos de todo el mundo, lo que está dando lugar a una convergencia de redes y servicios. La convergencia está ocurriendo a escala global y está cambiando drásticamente la forma en que se comunican tanto las personas, como los dispositivos. En el centro de este proceso, formando la red troncal y haciendo posible la convergencia, están las redes IP. Una de las ventajas más importantes de las redes convergentes reside en su capacidad para crear nuevos servicios, tales como transmitir la voz o la televisión en Internet (VoIP, IPTV) y nuevas aplicaciones como mensajes unificados y la posibilidad de llamar a través del ordenador con un simple clic (Unified Messaging, clic-to-call, etc). Estos avances aumentan el ritmo de crecimiento de la capacidad de transmisión, la cual se multiplica por diez cada cuatro años. Esto significa que dentro de ocho años la capacidad de transmisión requerida por las redes troncales podría superar el equivalente a 20.000 mensajes de correo electrónico simultáneos de una página web, por hilo fibra (100Tb/s). En nuestro ejemplo del principio, el empleado está haciendo uso de un servicio convergente, VoIP. A través del llamado “clic-to-call” donde a través del ordenador, con un simple clic y sin tener que marcar ningún número de teléfono, establece una llamada a Argentina. Esa llamada es enrutada por la red de Internet, transportada a través de redes IP de distintos operadores hasta llegar a su destino, donde probablemente pase a la red conmutada para su terminación. Detrás de una simple llamada se encuentra todo un mundo complejo de tecnología y redes de cobertura mundial, con una tendencia común hacia la convergencia, que permite el acceso a todo un nuevo mundo de servicios y aplicaciones multimedia para el usuario, de forma cómoda y sencilla.