En sus años de estudiante solía acudir junto a sus compañeros a la biblioteca de un lugar mítico, el Centro de Investigación de Palo Alto (PARC), hasta entonces laboratorio de la multinacional de la informática Xerox y desde 2000 organismo independiente aunque miembro del Grupo Xerox.
“Cuando veníamos a la biblioteca para nosotros no había puerta de acceso a las instalaciones del Centro, sólo soñábamos, imaginábamos y recreábamos, como toda persona que viene a conocerlo, todo lo que aquí ha ocurrido, lo que supuso este lugar para la historia de la informática, para la industria, para la humanidad. Claro que nos veíamos como los míticos Piratas de Silicon Valley: jóvenes, luchadores, innovadores, ávidos… como Jobs, Gates, Wozniak, Metcalfe, Boggs…”.
Innovación para todos
En el PARC, hoy, se innova y realiza servicios de I+D por encargo en el ámbito tecnológico; se realizan pruebas y peritajes, se estudian las mejores aplicaciones para cada producto y se registra la propiedad intelectual para las empresas más importantes de la lista Fortune 500 y para más de 1000 compañías, ‘startups’, gobiernos y agencias oficiales de las más diversas regiones del mundo.
Desde su fundación en 1970 bajo la dirección de George Pake, su trabajo ha sido decisivo para el devenir de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y sus patentes, la base de la revolución digital.
“A veces en la vida estás en el sitio adecuado en el momento adecuado y eso me ocurrió a mí –nos cuenta Nacho-, un compañero le habló a uno de los jefes del PARC del tema sobre el que estaba trabajando en la universidad mientras realizaba el doctorado y me dieron una beca para realizar mi investigación aquí”.
Para Ignacio, igual que para nosotros el día en que el actual Director General (CEO) del Centro, Steve Hoover, nos invitó a visitarlo, se abrieron las puertas de un mundo pleno de mitos y realidades; de un lugar donde hace 33 años se reunieron los mayores expertos del momento ‘los arquitectos de la información’ con la única intención de “crear la oficina del futuro” y donde hoy continúan buscando nuevas opciones de negocio, procuran realizar avances para que productos innovadores lleguen al mercado en tiempo y forma adecuados y analizan con el fin de que los riesgos de sus clientes sean mínimos.
“En el PARC trabajamos en cuatro grupos divididos en dos áreas: hardware (equipos) y network (redes) –explica Solís-; yo actualmente soy un alto directivo (senior member) del equipo de investigación, estoy especializado en el comportamiento de la red e indago sobre la evolución de la misma; pero de vez en cuando me gusta entrar en nuestra ‘sala del tesoro’, acompañar a la gente que viene a visitarnos, mostrarle y explicarle lo que aquí se ha hecho y lo que se ha conseguido”.
Y es que, efectivamente, desde sus inicios, el Centro de Investigación de Palo Alto fue pionero en muchas plataformas tecnológicas con las que hoy convivimos: desde Ethernet o la impresora láser al Internet de las cosas o el llamado Ubicomp, objetos informatizados que se adaptan al comportamiento humano sin necesidad de que los hombres los activemos o trabajemos en ellos. Famoso por lo que supuso el ‘robo’ de ideas y patentes por los jóvenes Jobs y Gates, fue el desarrollo de la interfaz gráfica (GUI), el ratón y la navegación interna a través de objetos (iconos) situados en un escritorio virtual.
Aquel emblemático ordenador personal, el ALTO, está en el pequeño museo que Xerox instaló en el edificio del PARC; allí, junto a la primera y enorme impresora laser, podemos ver el esquema de redes de comunicación interna con el que se desarrolló Ethernet, gafas de visión computerizada, pequeños robots que parecen preparados para un Campus Party o un tablet, tal y como lo concebimos hoy en forma y uso, desarrollado en 1992.
“Actualmente trabajamos en una nueva forma de etiquetar la información y realizar búsquedas a través de la red. En un futuro próximo ya no necesitaremos recurrir al buscador para encontrar ‘algo’; sencillamente le pediremos al sistema que nos lo encuentre y los datos llegarán hasta nuestro terminal tal y como están registrados; es decir, no tendremos que elegir dentro de una lista de posibilidades, entrar en una página y buscar en ella lo que necesitamos. No se trata de un sistema de etiquetado sino de nominación…”
Y así, con la conciencia de que el mundo puede volver a girar en breve, reflexionando sobre el hecho de que hoy las más populares y plenipotenciarias OTTs podrían tener que reinventar su negocio y tal vez rebajar su poder, nos sentamos en la mesa a cenar junto a un joven investigador accesible, humilde, encantador para quien desarrollos como TRAQ, FielNote, CAPE, DIRECT, DTN o CCN forman parte de su carnet de identidad y de una tarjeta de visita que recuerda que se llama Ignacio (Nacho) Solís.
Cayó el sol sobre Palo Alto y la realidad se impuso. Nuestra obligación no es soñar o recordar en el PARC, es informar de su trabajo y dar constancia de que términos como WYSIWYG, encriptación, fibra óptica, discos ópticos de almacenamiento, trabajo colaborativo, DRM, Blue Ray, papel electrónico… todos, y muchos más, pasaron por Palo Alto, por su histórico y tal vez único Centro de Investigación ‘powered by Xerox’.