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Prueba Sony SmartBand. Un capricho tecnológico, pero ¿útil?

Prueba Sony SmartBand. Un capricho tecnológico, pero ¿útil?

Por Pilar Bernat
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pbernattelycom4com /7/7/16
miércoles 22 de octubre de 2014, 13:04h

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Estéticamente cuidada, sencilla, discreta según el color que elijamos, una tendencia indudable, en cualquier caso. Hablamos de la pulsera inteligente de Sony, de la Sony SmartBand.

Se equivoca quien en su valoración personal considera que determinadas actividades o accesorios no gustan o no son propios de personas que superan cierta edad. Error. El deporte, la actividad física, el senderismo, la travesía, el footing, caminar o pasear son prácticas que no sólo no se desechan con los años sino que se incorporan a la vida cotidiana. Por eso la Sony Smartband, es un complemento tecnológico, sin patrón de usuarios por criterios de edad, sexo o condición.
Si alguna barrera pudiera haber es un precio que ronda los 80 euros. ¿Los vale? Pues sí porque más allá de un accesorio, se trata de una prenda que nos ayuda a controlar y velar por nuestro bienestar.

LifeLog
Por si misma, nada hace. Lo primero y principal es vincularla a un teléfono Android y descargar la aplicación Lifelog de la Play Store. Entonces es cuando descubrimos su verdadero potencial.
Desde la app podemos seguir el gasto calórico, patrones de sueño, horas de ejercicio… pero también podemos monitorizar los mejores momentos de nuestra vida, subir fotografías, vídeos, y dejar comentarios que únicamente podremos ver nosotros mismos, pues la app es privada y sirve de línea del tiempo para recordar nuestro quehacer de cada día.
Básicamente, se trata de un cuaderno de bitácora gráfico que acopia nuestra actividad cotidiana y nos informa de las calorías consumidas, los pasos que hemos dado, las horas que hemos caminado, bailado o realizado algún tipo de deporte que implique movimiento, el tiempo que hemos gastado corriendo, cuánto y cómo hemos dormido, si nos hemos comunicado por voz o por texto, si hemos sacado fotos (podemos pulsar sobre el icono y verlas), cuánta música hemos escuchado y en qué momento lo hemos hecho, otro tanto con respecto a las películas y los juegos, detecta si hemos leído en nuestro dispositivo e incluso si hemos navegado en Internet.
La película de nuestra vida, en versión días, horas o semanas pasa ante nosotros. Y si somos baguetes o hiperactivos, allí queda reflejado.
¿Sobre su eficacia? Mantenemos nuestras dudas y consideramos que aún hay matices que mejorar. Por ejemplo, en la división de la actividad física que se realiza; cualquier tipo de ejercicio que no lleve ritmo de carrera –por ejemplo la bicicleta, el aerobic, dance, fitness, etc.-, lo obvia u oculta bajo el epígrafe andar; lo cual no es del todo correcto ni se refleja en la medición calórica de forma adecuada.
Con respecto a sus parámetros del sueño aún nos los tienen que explicar…

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