Empleados de Uber habrían iniciado, para después cancelar, más de 5.000 viajes desde octubre de 2013, en un esfuerzo por monopolizar su mercado. Lyft también acusa a Uber de, intencionadamente, organizar viajes cortos y con pocos beneficios para confundir a sus clientes.
En un principio, Uber no ha negado las acusaciones, sino que ha animado a otros usuarios a probar su servicio que, supuestamente, mejora la calidad de la competencia.
“Es desafortunado que alguien tenga que usar este tipo de prácticas, haciendo perder el tiempo, tanto a nuestros conductores como a los clientes”, explicaba Erin Simpson, portavoz de Lyft, “mientras, nosotros seguimos focalizando nuestros esfuerzos en crecer más rápido que las compañías de la competencia, con experiencia e innovación”.
Uber ya fue acusada en enero por Gett, otra compañía del mismo tipo, por organizar cientos de viajes en Nueva York (dentro del servicio de Gett), para luego cancelarlos.