La alianza entre Nvidia y OpenAI marca un punto de inflexión en la carrera por el dominio de la inteligencia artificial. La compañía de Jensen Huang ha anunciado una inversión de 100.000 millones de dólares (84.200 millones de euros) en OpenAI, propietaria de ChatGPT, en la que se considera la mayor operación de su historia.
El acuerdo contempla la incorporación de al menos 10 gigavatios de potencia en centros de datos de Nvidia que se destinarán exclusivamente a reforzar las operaciones de la firma de Sam Altman.
El anuncio se produce en un contexto de máxima demanda de capacidad de cómputo para el entrenamiento y despliegue de modelos de inteligencia artificial. Según la carta de intenciones firmada, el primer gigavatio de sistemas se desplegará en la segunda mitad de 2026, coincidiendo con el lanzamiento de Vera Rubin, la nueva plataforma de procesamiento de datos de Nvidia.
La magnitud del acuerdo es difícil de comparar: la capacidad comprometida supera por 30 el total de los centros de datos actualmente operativos en España y duplica las cifras previstas en el proyecto Stargate, que preveía movilizar 500.000 millones de dólares. Tras el anuncio, las acciones de Nvidia han subido un 3,3%, alcanzando un máximo histórico de 182,6 dólares.
Un acuerdo estratégico con efectos globales
La operación se estructura como una inversión que se materializará en paralelo a la compra de hardware por parte de OpenAI. En la práctica, Nvidia inyecta capital en la empresa de Sam Altman, que a su vez lo destina a adquirir productos de la tecnológica californiana, asegurando así una relación de dependencia mutua.
“La capacidad de computación va a ser la base de la economía del futuro y por eso vamos a utilizar lo que estamos construyendo con Nvidia para crear nuevas IAs rompedoras y dar el poder a usuarios y negocios de usarlas a gran escala”, destaca Sam Altman, CEO de OpenAI.
En las últimas semanas, Altman había insistido en que la falta de capacidad de cómputo obligaba a limitar nuevas funciones de ChatGPT a los usuarios de pago
En las últimas semanas, Altman había insistido en que la falta de capacidad de cómputo obligaba a limitar nuevas funciones de ChatGPT a los usuarios de pago. El acuerdo con Nvidia responde precisamente a esa necesidad de infraestructuras para escalar los servicios y mantener el liderazgo en el mercado de modelos de lenguaje e inteligencia generativa.
Paralelamente, Microsoft alcanzó hace apenas diez días un acuerdo preliminar para obtener una participación de 100.000 millones en la filial con ánimo de lucro de OpenAI, mientras que el control último sigue en manos de la junta directiva de la matriz sin ánimo de lucro.
Con este nuevo acuerdo, Nvidia se asegura un cliente de gran envergadura en un momento en que OpenAI trabaja también en el desarrollo de sus propios chips, una estrategia que podría reducir su dependencia futura. La compañía de Huang, consciente del desafío, se asegura así una posición central en el suministro de hardware para una de las plataformas de inteligencia artificial más influyentes del mundo.