Samsung parece haberse repuesto muy bien de la crisis generada por el Note 7 tras el anuncio del Galaxy S8 y los muy buenos resultados en las ventas del Galaxy S7, que continúa vendiéndose en todo el mundo debido a que su precio bajó y aún así nada tiene que envidiarle a un gama alta de la actualidad, de hecho hasta la fecha han sido colocadas 55 millones de unidades en todo el mundo.
Una cifra tan importante de terminales vendidos, cobra aún más relevancia al tomar en cuenta de que se trata de un teléfono gama alta y que en su lanzamiento su precio era uno de los mayores del mercado y que en esa cantidad se incluye también su hermano mayor el Galaxy S7 Edge, de hecho este último ocupa el cuarto lugar del móvil más vendido y el S7 regular posee la posición número nueve.
Samsung tiene en sus manos la verdad del marketing tecnológico y eso lo demuestra la exitosa preventa del Galaxy S8, que se calificó como una de las mejores de la historia de la compañía, contra todo pronóstico por la situación ocurrida con su móvil gama alta previamente anunciado.
La empresa sudcoreana también ha recibido buenos resultados con sus terminales gama media entre 2016 y 2017, pero sin superar el ritmo alcanzado por el Samsung Galaxy S7 y su modelo mayor.
Estos resultados demuestran que la empresa superó totalmente la crisis de credibilidad a la que estuvo sometida y logró mantener su puesto en ventas frente a otros fabricantes que tienen serias aspiraciones en destronarlos como es el caso de Huawei, OPPO, VIVO o incluso el gigante Xiaomi.
Diversos analistas señalaban antes de la llegada del S8 que este nuevo terminal debía ser un éxito en ventas, porque así lo necesitaba la firma, pero no se tenía previsto que incluso sirviese de plataforma para impulsar aún más a su propio antecesor.
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