12/12/2025@11:20:00
Tengo que reconocerlo, soy mujer. Y por mucho que no esté de acuerdo con el feminismo exacerbado, es imposible no revolverse cuando escuchas determinadas cosas; es imposible no recordar y encogerte; es imposible no ponerte en el sitio de esas chicas a las que un machirulo hortera, que no ha pasado por clase de religión, ética, formación para la ciudadanía o lo que sea que le tocara en su centro educativo (al que supongo que fue porque quien lo conoce dice que es un hombre culto, aunque no lo parezca), les ha provocado tanto miedo como asco, tanto temor como inseguridad. Y detrás de él, del primer caso publicado, de Francisco Salazar, uno, otro y otro…