La entidad DTTM Operations LLC, encargada de gestionar los derechos de marca del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha presentado recientemente dos solicitudes ante la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de EE.UU. (USPTO) para registrar los nombres "Trump" y "T1" en el sector de los servicios móviles y productos relacionados.
De acuerdo con los documentos presentados, las marcas solicitadas cubrirían servicios de telefonía móvil inalámbrica, así como la venta de terminales, accesorios como fundas y cargadores, y la creación de tiendas físicas para su comercialización. El abogado especializado en propiedad intelectual Josh Gerben, fundador del despacho Gerben IP, ha explicado en su blog que ambas solicitudes se realizaron bajo la modalidad “intent to use”, lo que indica una intención clara, aunque aún no materializada, de lanzar estos productos o servicios.
Gerben subraya que, si bien la presentación de una marca no implica necesariamente el lanzamiento de un producto, “la especificidad de las solicitudes apunta a una consideración seria”. En este contexto, una posible incursión de Trump en el mercado móvil supondría una notable diversificación de su marca, tradicionalmente vinculada al sector inmobiliario, la hostelería y productos con licencia.
Un mercado altamente competitivo y regulado
El hipotético operador “T1” o una línea de dispositivos móviles con la marca Trump competiría en un mercado dominado en el país por gigantes como Verizon, AT&T y T-Mobile US, además de múltiples operadores móviles virtuales (MVNOs) que ofrecen servicios de bajo coste. La entrada de una figura política polarizadora como Trump podría atraer a un nicho específico del mercado, especialmente entre sus simpatizantes más afines, pero también plantea interrogantes regulatorios y comerciales.
La marca “T1” podría generar objeciones, ya que puede considerarse una marca derivada (“T”-formativa) que diluiría los derechos previamente establecidos por el operador
Uno de los posibles obstáculos legales señalados por Gerben es el conflicto con la marca “T-Mobile”. En su análisis, advierte que la denominación “T1” podría generar objeciones, ya que podría considerarse una marca derivada (“T”-formativa) que diluiría los derechos previamente establecidos por el operador. “Es improbable que T-Mobile acepte la solicitud sin presentar oposición”, indica.
Este movimiento empresarial llega en un contexto donde otros rostros públicos también han explorado el sector móvil. Aunque Ryan Reynolds vendió su participación en Mint Mobile a T-Mobile en 2023, recientemente se lanzó SmartLess Mobile, impulsada por los actores Will Arnett, Jason Bateman y Sean Hayes.
En el caso de Trump, una eventual materialización de la marca “T1” implicaría el primer paso de su conglomerado empresarial en el sector tecnológico. Hasta la fecha, su actividad se ha centrado en bienes raíces y licencias de marca en productos de consumo, pero la iniciativa sugiere un posible reposicionamiento de su marca personal en un entorno dominado por la innovación digital, las redes móviles y el comercio electrónico.
Habrá que esperar para saber si los nombres “Trump” y “T1” se convierten en actores tangibles en el ecosistema móvil estadounidense o si se quedan como una tentativa estratégica sin ejecución concreta.