A primera vista, y sobre todo si no tenemos los dos en la mano, el nuevo Air es un iPad similar o casi igual al iPad2. Pero, realmente las diferencias no sólo no son unas pocas, sino que son prácticamente todas:
Diseño e implementación
Si hablamos de dimensiones, hay que señalar que el nuevo terminal de Apple es ligeramente más corto que el anterior (24 cm frente a 24,12), un par de centímetros más estrecho (16,95 cm), más fino (0,75 cm) y, desde luego ligero; ya que los 601 gr del iPad2 -613 en la versión 3G- los reduce a 469 gr -478 en el celular-; que para una mano que sujeta peso en vilo es considerable.
La pantalla, en principio multitáctil de 9,7” retroiluminada por LED, ahora ofrece lo mejor de 'la casa', es decir su versión retina con tecnología IPS, una resolución de 2.048 x 1.536 px y una profundidad de 264 ppp; características que se aprecian tanto a la hora de ver fotos o vídeos como en el momento de abrir videojuegos avanzados, porque si conjugamos sus propiedades con las del procesador gráfico (PowerVR G6430 4x) el resultado es sorprendente.
Mejora también la cámara frontal que deja atrás la VGA para pasar a una de 1,2 Mpx que graba vídeo en 720p HD, detecta los rostros y ofrece iluminación posterior, lo cual optimiza una de las apuestas de Apple que no ha cuajado excesivamente entre los usuarios: las llamadas Face Time.
El botón navegador y los pulsadores virtuales contextuales siguen siendo la base del modo de uso.
Giramos el terminal y vemos la manzana de la tentación en medio de una superficie limpia, de bordes curvos pero estable, sólo 'manchada' por el rótulo “iPad, diseñado por Apple en California, ensamblado en China...”. Los altavoces han pasado a ocupar la base de la tableta y ofrecen un sonido suficientemente bueno como para poder utilizarlo sin cascos o altavoces accesorios.
Cámara
En el borde superior izquierdo se sitúa la cámara principal, de 5 Mpx, con una lente compleja, apertura de f/2,5, toma HDR, detección de caras y enfoque automático. Las fotos se realizan prácticamente por impulso porque el trabajo y las posibilidades de edición, los de Cupertino las reservan para el minuto, día o mes después, con su potentísimo software de modificación de imágenes, e iPhoto a la cabeza. Por cierto que esta aplicación gratuita se puede descargar del Apple Store, junto a otras como iMovie, Garage Band, Pages (procesador de texto), Numbers (Excell), Keunote (PP), iTunes, Podcast, Buscar mi iPhone o mis amigos y Remote.
En cuanto al vídeo, graba en HD (1080p), tiene zoom de tres aumentos, reconocimiento facial y estabilizador, entre otras cosas.
Ingeniería
Pero el secreto del terminal, reside, como en casi todos los dispositivos electrónicos, en su corazón; en un procesador A7 de 64 bits que suma lo que Apple denomina coprocesador de movimiento M7.
Y aunque el fabricante no desvela las interioridades de sus semiconductores, lo cierto es que parece tratarse de un dual core a 1.3 Ghz (ARM v8) y una GPU 4x PowerVR G6430. Tecnicismos aparte, la rapidez y flujo de movimientos es realmente reseñable; además de aportarnos un ahorro de tiempo considerable.
En términos de conectividad, desde California se ofrecen distintas opciones que determinan, junto a la capacidad de memoria, el precio del terminal; el cual oscila entre los 479 euros y los 869. Se comercializan ocho modelos diferentes con las múltiples combinaciones entre conectividad, y capacidad de almacenamiento. No debemos dejar de señalar el tanto que se ha apuntado Apple en su gestión iColud y la inmediatez en la configuración de nuevos terminales.
En la cúspide de esa gama encontramos un iPad Air WiFi de doble banda (2,4 y 5 Ghz) MIMO y conexión celular 4G (LTE); todo ello para facilitar el tráfico de datos, no de voz. También suma Bluetooth 4.0; pero nada de aquello que parece imponerse como revolución en nuestras vidas: NFC.
La conexión por cable es USB (con cargador Lightning) y la tarjeta SIM es de nuevo la nada popular nanoSIM.
Si nos preocupa la autonomía, nos vamos a 9 o 10 horas sin recarga.
La cruz
Y si todo en el iPad parece ser cara, también hay detalles en la cruz como la falta de NFC, de un sistema abierto DLNA para compartir contenidos con otros terminales, el desplante de Apple a la Unión Europea en cuanto a la universalidad del cargador o una SIM, hasta hoy exclusiva para susclientes que impide la alternancia, a veces necesaria, con otros productos.