Concretamente, el Ejecutivo español anunció su intención de abrir un sandbox regulatorio para poder realizar ensayos de proyectos de inteligencia artificial en nuestro país, antes de que se aprobasen las normativas europeas sobre esta materia.
Estos entornos de pruebas facilitan a los poderes públicos reevaluar de manera permanente la regulación actual, así como analizar y anticipar los problemas que pueden presentarse antes de intervenir en un mercado.
El informe del regulador español valora “positivamente” estas iniciativas, ya que facilitan experiencias innovadoras a los operadores económicos
El informe del regulador español valora “positivamente” estas iniciativas, ya que facilitan experiencias innovadoras a los operadores económicos que posteriormente beneficien a los consumidores y también permiten evaluar con precisión si el marco regulatorio se adecúa a los principios de buena regulación.
Sin embargo, a nivel de competencia, el regulador matiza varias cuestiones que deben tenerse en cuenta, como el hecho de que no se produzcan ventajas competitivas injustificadas a favor de los participantes, así como el hecho de que el acceso no se produzca en condiciones discriminatorias y que permanezcan inalterables y preferentes los objetivos de interés público, sin que coexistan intereses privados.
En este sentido, el regulador pide también que se busquen mecanismos para mantener vigente el sandbox a pesar de que el plan sea que el entorno de pruebas finalice cuando entre en vigor la normativa europea.
Más precisión y mejores requisitos
Además, la CNMC ha lanzado una serie de recomendaciones en su informe en el que aconseja que se definan mejor las categorías de sistemas de inteligencia artificial y los tipos de proyectos que incluye la normativa.
Asimismo, solicitan que se replanteen los requisitos de elegibilidad, salvo que estén justificados. Concretamente, en las exigencias de residencia, ser persona jurídica, realizar una sola participación en proyectos de inteligencia artificial y no perseguir fines científicos. También se aconseja ofrecer criterios de selección más concretos, para fortalecer la seguridad jurídica y evitar posibles diferencias de trato entre operadores.
En este sentido, el regulador insta a “preservar la neutralidad competitividad y no ofrecer preferencias en función de la naturaleza de los operadores”, por lo que recuerda que “la existencia de estos entornos controlados de prueba no exime ni deroga las normativas nacional y europea de defensa de la competencia, a las cuales están sujetos todos los operadores participantes”.