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viernes 26 de agosto de 2022, 09:00h

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Casi siete de cada diez menores de entre diez y quince años ya tienen móvil, según la última encuesta elaborada por el INE. Mediante este dispositivo, también tienen acceso a cientos de miles de aplicaciones infantiles, dirigidas especialmente a ellos, con las que entretenerse y aprender. Sin embargo, que esas aplicaciones hayan sido desarrolladas para el público infantil no significa que todas sean seguras en lo que respecta a su privacidad: según el estudio "Won’t Somebody Think of the Children?" Examining COPPA Compliance at Scale, el 57 % de las aplicaciones infantiles gratuitas más populares de Estados Unidos vulnera la privacidad de los menores.

De hecho, el 19 % de las aplicaciones para niños analizadas recopila identificadores u otra información de identificación personal a través de terceros sin ajustarse a los mecanismos de protección exigidos por la normativa.

"Afortunadamente, tanto Google con Android como Apple con iOS se han vuelto más estrictos en los permisos que podemos dar a las aplicaciones. Pero, aun así, sigue habiendo vulneraciones importantes. Y, si eso es un problema para un adulto, aún lo es más para los niños, que deberían tener más protección", señala César Córcoles, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

El problema es que muchas veces los desarrolladores no leen la licencia de ese SDK que están utilizando.

Córcoles añade que, aunque en ocasiones es el mismo desarrollador de la aplicación el que recopila los datos, con frecuencia se utiliza un kit de desarrollo de software, llamado SDK, para acceder a esos datos. "El problema es que muchas veces los desarrolladores no leen la licencia de ese SDK que están utilizando. Pero, si la leyeran, se darían cuenta de que están recopilando datos de niños, algo que podría ser ilegal", indica.

La mayoría de la información que se recoge es el identificador único

En este sentido, Sergio de Juan-Creix, profesor colaborador de Derecho del grado de Comunicación de la UOC y abogado especializado en derecho digital del despacho Croma Legal, explica que cualquier tratamiento de datos personales, sean de menores o no, debe ser informado a los interesados. Además, se debe contar con una base legal para dicho tratamiento, como por ejemplo el consentimiento, que en el caso de los menores de catorce años debe ser otorgado por los padres o tutores legales.

La información que recogen con mayor frecuencia es el identificador único, que es [email protected] o el correo que tenga, o bien el nombre de usuario. "Pero, además, muchas de estas aplicaciones recopilan información de localización a lo largo del tiempo que, en ocasiones, es muy precisa, por lo que hay que tener mucha precaución", indica César Córcoles, director del máster universitario de Desarrollo de Sitios y Aplicaciones Web de la UOC.

Con menos frecuencia, salvo en las aplicaciones de mensajería, tienen acceso a los contactos. Y, aunque también es posible que graben lo que se dice por el micrófono, por defecto la mayor parte de aplicaciones no tiene permiso para hacerlo. "Además, transmitir información de voz es caro y no se suele hacer. En cuanto a la cámara, es aún menos probable que tengan acceso a ella", explica Córcoles.

Medidas para los menores y el uso de dispositivos móviles

Por su parte, César Córcoles señala que aunque, "en el 99 % de las veces que se vulnera la privacidad del menor no hay mala intención, ya que los desarrolladores suelen recopilar esos datos para tener información de diagnóstico del funcionamiento de la aplicación", eso no evita que haya usos "tremendamente negativos de esta información. Y, afortunadamente, el desconocimiento o la falta de mala intención no exime de cumplir la ley".

La información que recogen con mayor frecuencia es el identificador único, que es [email protected] o el correo que tenga, o bien el nombre de usuario.

Por eso, si se quiere tener la seguridad de que no se obtienen datos de los niños a través de las aplicaciones que usan, pueden tomarse una serie de medidas. Para empezar, elegir el sistema operativo. "Aunque el iPhone no es absolutamente seguro, porque también tiene sus agujeros y problemas de privacidad, la política de Apple es más respetuosa, en general, con la privacidad", indica.

De ahí que una medida indispensable sea activar los controles parentales, aunque no es la única. En el caso de que la aplicación sí necesite acceso a algún dato para poder funcionar, se le puede dar acceso a ello pero con menor precisión, "como en el caso de la localización, ya que la aplicación no necesitará saber exactamente dónde está el usuario, con un margen de precisión de veinte metros, por ejemplo, sino que basta con que tenga una idea general", aconseja Córcoles.

Además, es posible dar acceso a ese dato solo cuando la aplicación esté en uso, "es decir, cuando esté en primer plano y en pantalla, que es una de las opciones. Una vez que se cierra la aplicación, deja de tener acceso".

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