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La manipulación digital de los votantes resulta inadmisible

La manipulación digital de los votantes resulta inadmisible

Por Pilar Bernat
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pbernattelycom4com /7/7/16
sábado 21 de septiembre de 2019, 15:12h

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Una de las actividades obligatorias para mis alumnos de la Universidad Nebrija es ver la película ‘Brexit, the uncivil war’ y realizar el correspondiente trabajo sobre ella; no tanto para que sean conscientes de lo que es el Brexit y de lo que se nos viene encima, sino para que aprendan cómo las redes se han convertido en una herramienta diabólica para manipular el voto de los ciudadanos, modificar ideas y captar voluntades; en contra del primero de los Derechos Humanos según la Declaración Universal de los mismos: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”

El pasado viernes, saltaba a los medios una noticia que recogimos en Zonamovilidad: “el PP pierde 359 cuentas falsas en redes sociales, creadas en las pasadas elecciones”; una información por principio vergonzosa, que se ha filtrado sobre el Partido Popular, porque alguien habrá puesto su empeño en ello; pero que podría llevar las siglas de cualquier otro partido nacional.

El ascenso de Podemos y Ciudadanos

A España, el uso partidista de las redes sociales, la captación digital del voto, la distribución de fakes de impacto y las llamadas a la acción, nos llegó con Podemos

Y es que, a España, el uso partidista de las redes sociales, la captación digital del voto, la distribución de fakes de impacto y las llamadas a la acción, nos llegó con Podemos, o mejor dicho, con aquellos chicos que parecían creer en una revolución necesaria, que acamparon en la Puerta del Sol exigiendo soluciones, y que hoy, son unos simples políticos más, aburguesados, peleados entre sí, apuntados a paralizar un país que denunciaban anclado en el pasado y que si bien se suponían llamados a arreglar los destrozos de la crisis, día a día, han demostrado ser sólo una ‘fake’ más de las que hicieron correr vía Twitter, Facebook y sus grupos de Whatsapp; unos falsos progres que se han sumado al ‘establishment’ antes por ellos públicamente denostado; que van con sus productos tech -gama premium- que les regalamos los españoles el mismo día en que, como al resto de sus colegas parlamentarios, les otorgamos sueldos no sudados, y que hoy sólo piensan en sillones o alguno -emulando a Pedro Sánchez-, en el soñado retrato de la galería del Congreso de los Diputados-.

Escribir eso de Podemos, sea el prefijo nosotros, nosotras o ellos, es fácil; como dice el dicho popular ‘te lo ponen a huevo’. Pero otro tanto cabría decir, por ejemplo, de su ‘Yang’, Ciudadanos, cuya arenga digital habla por sí misma: “RED NARANJA, EL EQUIPO DIGITAL MÁS GRANDE DE ESPAÑA; Somos la fuerza naranja en las redes sociales. Llevamos el mensaje de Cs a todos los rincones de España. Conversamos con los ciudadanos, ofrecemos soluciones. Porque una nueva forma de hacer política es posible”.

¿Lo dicen en serio o nos toman el pelo? Rivera y Arrimadas, los libertadores de Cataluña, que sólo se acuerdan del Noreste español para utilizarlo como arma arrojadiza y disculpa estratégica, en el segundo epígrafe de su página de ciudadanos.org buscan sin reparo sumar voluntades para la manipulación: primero preguntan si eres usuario de Twitter, Facebook, Telegram, Instagram, Snapchat o si tienes un blog personal; y antes de que firmes para regalarle tus datos y sumarte a su ejército de intoxicación, te ‘permiten elegir’ si estas interesado en una participación activa en las redes sociales, en producir videos o imágenes para activismo, en coordinar acciones de activismo digital, o en difundir acciones en canales propios (aunque no esté entrecomillado es literal). No creo que haga falta comentario ni explicación; ya que, en caso de duda, o desacuerdo, conviene ver ‘Brexit’, y, como le digo a mis alumnos, hasta el último rótulo, porque ahí es donde se encierra la gran verdad.

Párrafos como estos, cabrían de todos los partidos, pero más que un artículo, sería un libro.

La Organización de las Naciones Unidas, la Unión Europea y este simulacro de Gobierno eternamente en funciones aseguran preocuparse, en ademán propagandístico, por la privacidad de los ciudadanos y por el uso de sus datos

Los ‘haters’ y el RGPD

Las redes sociales se han utilizado, igualmente, para denostar a los contrarios bajo el principio de difama que algo queda; ya que los ahora llamados ‘haters’ deben pensar que el resto de los humanos no tenemos suficientes neuronas para darnos cuenta del acento, actitud y forma de pensar de @cayetanaalvarezdetodledo y de @penique; o que no vemos y reaccionamos ante los portavoces de la COPE en las instituciones @Ortega_Smith, entre otros.

La Organización de las Naciones Unidas, la Unión Europea y este simulacro de Gobierno eternamente en funciones aseguran preocuparse, en ademán propagandístico, por la privacidad de los ciudadanos y por el uso de sus datos. De hecho, no se les cae de la boca o de sus escritos el RGPD; pero la clamorosa ineficacia del manido Reglamento es sólo el resultado de poner al zorro a cuidar de las gallinas; porque los primeros interesados en la falta de respeto digital son los políticos que mandamos a representarnos en las instituciones, tanto por sus beneficios en el ámbito de la captación y la manipulación de los votantes, como en la defensa de los diferentes lobbies a los que pública o privadamente pertenecen: ‘Bussines is bussines’.

Corren por las redes todo tipo de chistes con respecto a las ¿terceras? elecciones y sus protagonistas

Los chistes digitales

Corren por las redes todo tipo de chistes con respecto a las ¿terceras? elecciones y sus protagonistas; sobre un incapaz y narciso Sánchez, el veleta Rivera, el desorientado, manipulado y mal aconsejado Casado, el dictadorcillo Iglesias, los arrebatados voxceros... hay para todos. El mejor, una pieza de audio de una consulta de un psiquiatra a la que asiste una señora porque “le apetece volver a votar”. Y es que los españoles, un clamor de náufragos demócratas sin rumbo y sin barca en busca de un rayo de inteligencia, todo lo tomamos con humor y nos conformamos con firmar la petición de Change.org para que no cobren sueldos ni ‘señorías’ ni ‘excelentísimos’ mientras que no haya gobierno real.

Sin embargo, lo que se debería exigir sin falta no es que Torra no ponga una pancarta que nadie vería si los medios no hiciéramos tanto ruido, sino el SILENCIO DIGITAL, por imperativo legal, durante TODO el periodo electoral. Antes, durante y después hasta que haya un gobierno prometido o jurado. Queremos votar sin mentiras, sin big data, sin personalización y manipulación de los mensajes, sin haters, sin influencers y sin bots. Esa es la función de la Junta electoral. Queremos votar como un día se creyó y se soñó cuando se estableció el sufragio universal o como aseguran hicieron los Haudenosaunee (detalles aparte): en la más pura, simple y estricta LIBERTAD, término que incluye un gran y hoy inexistente sentido de la ética.¿Información? ¡Sí claro! Y si todos silencian sus redes sociales... ¡qué días de paz! ¡Igual hasta se les suma Trump!

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