Las principales operadoras españolas han estrenado ya la tecnología 5G y han anunciado el despliegue comercial de la nueva generación de telefonía móvil. Según el I Barómetro Europeo de la Vida Digital, el 92% de los españoles ha oído hablar de ella, pero más de la mitad de la población no sabe exactamente qué es la 5G.
En España las principales operadoras de telefonía han estrenado ya la tecnología 5G y han anunciado un importante despliegue comercial para captar clientes y liderar la popularmente llamada Cuarta Revolución industrial.
De este modo, la quinta generación de las comunicaciones se postula como palanca para impulsar el sector industrial y ofrecer nuevas posibilidades a los usuarios.
A pesar del poco conocimiento general que hay acerca de esta nueva tecnología, un 64% de los españoles considera que la 5G cambiará sus hábitos de consumo digital y la gran mayoría valora positivamente su llegada por distintos motivos.
Entre las ventajas, destacan el tener una conexión más rápida (59%); el asesoramiento médico de forma telemática (26%); la descarga de contenidos a mayor velocidad (23%); y la capacidad de controlar otros dispositivos de forma remota (21%).
No obstante, solo un 17% de los españoles afirma que cambiará de dispositivo móvil con la llegada de la 5G.
Por su parte, Jean-Daniel Levy, director de Política y Opinión de Harris Interactive apunta que “la 5G va a suponer un salto mayor de lo que supuso el 4G, ya que va a permitir mayor rapidez y el control remoto de otros dispositivos, lo que se considera que nos facilitará en gran medida la vida. Sin embargo, es necesaria más divulgación y pedagogía sobre qué es y qué beneficios aporta la 5G ya que, aunque casi el 100% ha oído hablar de ello, sólo la mitad sabe de qué se trata.”
Si bien es cierto que la tecnología 5G, que todavía podría tardar una década en desarrollarse masivamente, prevé su principal impacto en el sector industrial y no en las comunicaciones entre personas, el paso del 4G al 5G supondrá importantes cambios para los usuarios: mayor velocidad de descarga, posibilidad de tener más dispositivos conectados al mismo tiempo y menor tiempo de respuesta desde que se da una orden a un dispositivo electrónico hasta que se ejecuta, serían algunos de los beneficios que los consumidores percibirían en su día a día.