Intel ha anunciado cambios significativos en su política de trabajo híbrido y en la estrategia de su división de capital riesgo, Intel Capital.
A partir del 1 de septiembre de 2025, los empleados deberán acudir a las oficinas corporativas cuatro días a la semana, una modificación que pone fin al actual modelo que permitía el teletrabajo dos días semanales.
Esta decisión, sumada a la reversión del plan para escindir Intel Capital, revela un ajuste profundo en la estructura y dirección estratégica de la compañía en un contexto económico desafiante para el sector tecnológico.
Intel Capital seguirá siendo parte del grupo
La compañía estadounidense ha decidido mantener Intel Capital como parte integral de su estructura, tras haber anunciado a comienzos de año su posible escisión. Este cambio de rumbo estratégico lo ha confirmado por Lip-Bu Tan, quien ha explicado que, en lugar de independizar su división de capital riesgo, Intel trabajará con el equipo para monetizar el portafolio existente y centrar sus nuevas inversiones en aquellas que apoyen directamente la estrategia financiera de la empresa.
“El objetivo es sanear nuestro balance y comenzar el proceso de desapalancamiento durante este año”, señala Tan. Esta decisión contrasta con los planes previamente impulsados bajo el liderazgo del anterior CEO, Pat Gelsinger, que apoyaba la autonomía de Intel Capital con el fin de atraer financiación externa.
Fundada hace 34 años, Intel Capital ha sido una de las firmas de inversión corporativa más activas del sector tecnológico, con una trayectoria que, según su vicepresidente Mark Rostick, justificaba su independencia. Sin embargo, la incertidumbre del mercado y la necesidad de control financiero parecen haber inclinado la balanza a favor de una estrategia más conservadora.
Fin del modelo híbrido flexible
Durante la presentación de resultados del primer trimestre de 2025, el CEO de Intel, Lip-Bu Tan, ha justificado también el cambio en la política laboral al afirmar que la aplicación del modelo híbrido ha sido “muy desigual” y que es necesario reforzar la cultura corporativa mediante la presencialidad. “Creo firmemente que nuestras sedes deben ser centros vibrantes de colaboración que reflejen nuestra cultura en acción”, asegura Tan.
El ejecutivo ha subrayado que el trabajo en persona fomenta discusiones más productivas, mejora la toma de decisiones y fortalece los lazos entre compañeros. Aunque la nueva normativa afectará a toda la plantilla, Tan ha matizado que cada centro de trabajo recibirá instrucciones específicas por parte de los líderes locales, quienes además recogerán sugerencias para optimizar la experiencia presencial.
Intel se suma así a una tendencia creciente entre las grandes tecnológicas estadounidenses. Empresas como Amazon, Salesforce o Apple ya han implantado esquemas de retorno al trabajo presencial más estrictos.
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