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Por Pilar Bernat
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pbernattelycom4com /7/7/16
jueves 13 de mayo de 2021, 01:03h

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Llevo todo el día recordando una secuencia de una de las grandes películas de Disney: aquella que se inicia cuando se ve a una cierva y a su cachorro comiendo hierba entre la nieve; entonces, la madre de Bambi (el cervatillo) levanta su cabeza, afina el olfato, yergue sus orejas, abre sus ojos asustada y presintiendo el peligro dice: corre, Bambi, al bosque, corre, corre más deprisa…

Y nada más lejos de mi intención que comparar al hoy ya ex director de Red.es, David Cierco, con Bambi, salvo por su carácter afable y su facilidad para granjearse simpatías; pero algo me hace pensar que el rosario de salidas del Gobierno y su buen olfato político (o eso dicen) le han llevado a alejarse de un cargo en el que, desde 2018, parecía sentirse muy cómodo.

Red.es, la entidad pública empresarial española dependiente de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, es un organismo agradecido, de esos que suelen estar involucrados en ‘lo bueno’. Oficialmente se define como una importante palanca para la digitalización de los servicios públicos, la economía y la sociedad española y en la práctica, son gestores de múltiples ayudas en muy diferentes campos del ámbito tecnológico español, además de promotores de proyectos, organizadores de eventos de interés, responsables de la representación institucional en ferias destacadas y paraguas del Observatorio Nacional de 5G. A todas luces un cargo agradable que siempre ha estado ocupado por ejecutivos amables a quienes todo el sector digital -antes tecnológico- ha tenido y sentido cerca.

Cierco se sumó a Maite Arcos

Dicen fuentes extraoficiales que David Cierco tenía ya pensado marcharse hace un mes; tiempo que coincide, más o menos, con el giro de la puerta de Maite Arcos, ex directora general de Telecomunicaciones y Ordenación de los Servicios de Comunicación Audiovisual, quien, repentinamente, anunció su cese en el cargo para incorporarse como consejera independiente en Enagás; aunque no se marchó sin antes agradecer a la vicepresidenta segunda y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño (de quien dependen todos), su "confianza y apoyo, tanto en el momento en el que ofreció la oportunidad de volver al servicio público, como ahora al aceptar su deseo de continuar con su carrera profesional” ¿A tanto ascienden sus emolumentos como para que le merezca la pena el cambio y que la señalen de oportunista, cuando antes la tildaban de ejemplo e inteligencia femenina en el sector?

Nombres menos relevantes, aunque numerosos, son los que han salido de la Secretaría de Estado de Inteligencia Artificial, a cuyo frente está Carmen Artigas, quien firmó uno de esos comienzos erróneos que invita a pensar que sólo puede ir a mejor; porque la aplicación para el seguimiento de la pandemia, Radar Covid, costó oficialmente 273.171,50 euros más un contrato con Indra por valor de 1,4 millones de euros para realizar el seguimiento de unas notificaciones que, a finales de marzo no habían superado las 50.000 en toda España (los casos de afectados superan los 3,5 millones).

La dimisión de la secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Ana de la Cueva, y del director de Información Económica de Moncloa, Daniel Fuentes, han activado las alarmas

Dimisiones sonadas entre "vacunas, vacunas y vacunas"

Además, la dimisión de la secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Ana de la Cueva, y del director de Información Económica de Moncloa, Daniel Fuentes, han activado las alarmas. Los precedió Víctor Echevarría, jefe de la Unidad de Políticas Macroeconómicas y Financieras dentro de la estructura de la Secretaría General de Asuntos Económicos de Presidencia del Gobierno, dentro del equipo que dirige Manuel de la Rocha, quien ha estado al frente del Plan de Recuperación, bajo la supervisión de De la Cueva. Y aún nos falta la despedida de Carmen Balsa, directora de gabinete de la Vicepresidenta Segunda y persona de su máxima confianza, quien ya ha anunciado que se va a la Oficina Comercial en Milán.

“Vacunas, vacunas, vacunas”; dicen los politólogos que Sánchez fía su suerte al éxito en la vacunación. Sin embargo, si las vacunas las gestiona Europa y las aplican las comunidades autónomas, el ‘equipo Pedro’ se limita a poco más que hacer un cuadro de Excel para programar recepciones y entregas. Algo para lo que no parece que deba arder mucha madera ni pagar tanto cargo y asesoramiento.

Cuando se salta del barco

"Cuando la gente salta del barco es porque se está yendo a pique o porque hace aguas y considera que corre más peligro dentro que fuera"

¿Qué pasará mañana? No lo sabemos; pero lo que está claro es que cuando la gente salta del barco es porque se está yendo a pique o porque hace aguas y considera que corre más peligro dentro que fuera. ¿Y a qué huele? ¡Pues ojalá fuera la madre de Bambi! Aunque parece evidente que va a haber crisis de Gobierno (igual esperan a las primarias de Andalucía) o que una inmensa sombra se cierne sobre la situación político-económica del país. Tal vez porque los planes que se enviaron a Bruselas incluían unas subidas de impuestos de las que ahora todo el mundo reniega (pío, pío, que yo no he sido); tal vez porque en Europa alguien está con la mosca detrás de la oreja y le asusta aflojar el parné pensando en casos como el de Plus Ultra; o tal vez, porque alguien que pasaba por allí barrunta nubarrones electorales y dice el refrán que “más vale una retirada a tiempo, que una batalla perdida”.

A pesar de la nueva moda de la videncia tertuliana, nadie se puede aventurar a ilustrar lo que sucede; pero cuando se aplica el gran angular al Ministerio de Economía -lo mejorcito de la legislatura-, y se observa tanto movimiento, es porque algo se menea en el firmamento y, evidentemente, los satélites de Elon Musk no tiene nada que ver con esto.

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