Saber que estos vídeos son montajes creados con inteligencia artificial es sencillo y solo se necesita tener ojos en la cara y un poco de sentido común. Pero, ¿qué pasaría si las respuestas de los entrevistados fueran “realistas”? ¿Podríamos distinguir realmente si ese reportaje ha sido creado con inteligencia artificial?
En este artículo vemos cómo detectar textos, imágenes o vídeos creados con inteligencia artificial, herramientas para detectar usos de IA y algunos trucos y recomendaciones para no caer en los engaños de los deepfakes.
¿Por qué es importante distinguir el contenido creado por IA?
Cada vez consumimos más contenido generado por inteligencia artificial: artículos, imágenes, vídeos, canciones y hasta conversaciones completas pueden ser producidas en segundos por sistemas como ChatGPT, DALL·E, Midjourney o Sora.
De hecho, según una encuesta de Amazon Web Services, casi el 60% de los contenidos de internet ya son generados a través de inteligencias artificiales. Esto plantea un reto. ¿Cómo saber si lo que estamos viendo fue creado por una persona o por una máquina?
Detectar contenido generado por IA es clave por varias razones. En el ámbito educativo, ayuda a combatir el plagio. En los medios de comunicación, permite frenar la desinformación. En el arte y la publicidad, plantea preguntas sobre derechos de autor y autenticidad. Y en política, evita que caigamos en manipulaciones o discursos falsos.
Además, identificar contenido artificial nos permite desarrollar un pensamiento crítico más sólido en la era digital. No se trata de desconfiar de todo, sino de aprender a mirar con atención.
Claves para identificar textos generados por IA
Uno de los usos más comunes de la inteligencia artificial es la generación automática de texto. Desde ensayos escolares hasta descripciones de productos o artículos de blog.
Aunque los modelos actuales son muy sofisticados, hay pistas que nos pueden ayudar a detectarlos.
Estilo repetitivo y demasiado correcto
Los textos generados por IA suelen tener una estructura muy limpia, ordenada y repetitiva. Usan frases hechas, conectores clásicos (“además”, “por otro lado”, “en conclusión”) y evitan errores gramaticales.
Puede sonar bien, pero a veces es demasiado perfecto. Falta el caos natural del lenguaje humano: interrupciones, ironía, cambios de ritmo o estilo personal.
Falta de profundidad o contexto
Muchas veces, los textos de IA repiten ideas sin profundizar. Pueden ofrecer definiciones o explicaciones correctas, pero genéricas. Les cuesta conectar ideas complejas, matizar o tener una opinión clara.
También es común que presenten información desactualizada o ambigua.
Respuestas vagas o redundantes
Los modelos de IA tienden a repetir conceptos o decir lo mismo con palabras distintas. Esto se nota especialmente en respuestas largas, donde parece que dan vueltas sin llegar al punto.
Ausencia de fuentes o referencias
Un texto humano suele citar fuentes, usar ejemplos reales o vincular ideas con experiencias concretas. El texto generado por IA, en cambio, muchas veces evita comprometerse con datos específicos.
Herramientas de detección
Existen plataformas que permiten analizar si un texto ha sido generado por IA:
- GPTZero: Diseñado especialmente para detectar contenido académico artificial
- Turnitin: Usado por universidades para detectar plagio y contenido generado por IA
- ZeroGPT, Writer.com AI Detector, Sapling AI Detector: Otras opciones disponibles en línea.
Estas herramientas no son infalibles, pero pueden ser un buen punto de partida para una revisión más crítica.
Por el lado de los creadores de contenido, resulta fundamental cumplir con el Reglamento de Inteligencia Artificial de la Unión Europea (AI Act), cuya aplicación se escalona hasta 2026 y obliga a marcar como tales los contenidos creados con inteligencia artificial. Cabe destacar que ya existen empresas especialistas en protección de datos y asesoramiento en IA como Atico34 que ayudan a organizaciones de todo tipo a cumplir con las exigencias de la normativa sobre IA.
¿Cómo detectar imágenes y vídeos hechos con inteligencia artificial?
Las imágenes generadas con IA están en todas partes. Retratos, logos, paisajes, ilustraciones. Algunas parecen reales; otras, apenas necesitan un vistazo para notar que algo no encaja.
Aquí te damos algunas claves para detectar imágenes y vídeos artificiales.
Anomalías visuales
En imágenes generadas con IA, es común encontrar errores en detalles pequeños:
- Manos deformes o con más de cinco dedos
- Rostros simétricos pero antinaturales
- Sombras y reflejos mal ubicados
- Textos en carteles o camisetas ilegibles o distorsionados.
También puede haber fallos en la coherencia del fondo o en la iluminación. A veces los objetos parecen pegados o desentonan con el resto de la imagen.
Metadatos y análisis forense
Las imágenes tienen datos ocultos (metadatos) que pueden revelar si fueron editadas, cuándo se crearon o con qué software.
Herramientas como FotoForensics o JPEGsnoop permiten analizar estas huellas. También pueden detectar alteraciones en los píxeles o compresiones anómalas.
Estilo exagerado o demasiado perfecto
Muchas imágenes de IA tienen un acabado muy pulido o fantasioso. Esto puede ser una pista si el estilo no encaja con el contexto. Por ejemplo, en una noticia, una imagen demasiado estética o de alta calidad puede generar sospechas.
Vídeos: el caso de los deepfakes
Los vídeos generados con IA, especialmente los llamados deepfakes, representan uno de los mayores desafíos.
Algunos trucos para identificarlos:
- Desincronización labial: La voz no coincide exactamente con el movimiento de la boca.
- Miradas fijas o poco naturales: El parpadeo puede ser irregular o ausente.
- Cambios bruscos de iluminación en el rostro.
- Fallos en las expresiones faciales, especialmente al reír o hablar con emoción
Plataformas de análisis
Existen herramientas específicas para detectar deepfakes o vídeos manipulados:
- ai: Analiza vídeos sospechosos y ofrece informes detallados
- Hive Moderation: Proporciona servicios para detectar contenido artificial o alterado
- Deepware Scanner: App que permite analizar vídeos desde el móvil.
El futuro de la detección de IA y la ética digital
La inteligencia artificial no deja de evolucionar, y con ella, los desafíos para saber si un contenido es auténtico. Cada vez será más difícil distinguir lo real de lo generado. Las herramientas de IA mejoran día a día, imitan mejor los errores humanos y generan contenidos más convincentes.
Esto plantea ciertas cuestiones éticas: ¿Debería ser obligatorio marcar el contenido generado por IA? ¿Quién es responsable de los contenidos falsos? ¿Cómo se protege la autoría en un entorno digital automatizado?
Empresas como OpenAI, Adobe o Google ya están trabajando en soluciones. Entre ellas:
- Marcas de agua invisibles que identifican imágenes creadas por IA
- Sistemas de verificación de origen de contenido
- Reglas de transparencia para plataformas de generación.
También se necesita una educación digital más crítica. Enseñar a jóvenes y adultos a analizar, contrastar y cuestionar lo que ven en internet.
El futuro no está en temerle la IA, sino en convivir con ella de forma responsable.