Sam Altman, cofundador de OpenAI, está respaldando la creación de Merge Labs, una empresa que busca desarrollar implantes cerebrales avanzados y que se perfila como rival directo de Neuralink, el proyecto fundado por Elon Musk en 2016.
Esta iniciativa marca un nuevo capítulo en la rivalidad entre ambos empresarios, que ya compiten en el terreno de la inteligencia artificial. Merge Labs se encuentra en fase de financiación, con un objetivo inicial de recaudar 250 millones de dólares, gran parte provenientes del brazo inversor de OpenAI. Según fuentes cercanas al proyecto, la compañía ha alcanzado una valoración de 850 millones de dólares y cuenta con el impulso personal de Altman, aunque no desempeñará funciones operativas en el día a día.
El concepto de “la fusión” entre humanos y máquinas no es nuevo para el directivo. Altman ya abordó esta idea en un artículo publicado en 2017, donde afirmó que “un proceso de integración con la tecnología podría ser el mejor escenario posible para la humanidad”. Más recientemente, el empresario señaló que los avances actuales podrían permitir interfaces cerebrales de “alta capacidad de transmisión de datos” en un futuro cercano.
La respuesta a Neuralink y la evolución del sector
Neuralink, valorada en 9.000 millones de dólares tras su última ronda de financiación, lidera actualmente el sector de las interfaces cerebro-computadora, con el respaldo de inversores como Sequoia Capital, Thrive Capital y Vy Capital. No obstante, el campo se ha revitalizado con la llegada de startups como Precision Neuroscience y Synchron, que aprovechan los avances en inteligencia artificial y en los componentes electrónicos para mejorar la utilidad de los implantes.
Merge Labs busca posicionarse en este ecosistema utilizando el potencial de la IA para interpretar y procesar señales neuronales con mayor precisión. Su estrategia apunta a que la combinación entre hardware implantable y software basado en aprendizaje automático abra nuevas posibilidades en comunicación, control de dispositivos y tratamiento de enfermedades neurológicas.
La creación de Merge Labs se produce en un momento en que Musk y Altman han intensificado su competencia. Ambos fueron socios fundadores de OpenAI, pero Musk abandonó la junta directiva en 2018 tras desacuerdos estratégicos y, desde entonces, ha criticado la evolución de la empresa hacia un modelo comercial. El empresario sudafricano creó en 2023 su propia compañía de IA, xAI, y ha emprendido acciones legales contra OpenAI por su cambio de estructura jurídica.
El interés por las interfaces cerebrales no solo responde a ambiciones tecnológicas, sino también a una visión más amplia de interacción humano-máquina. Mientras Musk defiende la integración como una respuesta a la amenaza de una IA superinteligente, Altman ve la convergencia tecnológica como una oportunidad para ampliar las capacidades cognitivas humanas.
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