La orden de prohibir la entrada de inmigrantes a EEUU desde doce países de raíces musulmanas durante noventa días ha levantado muchas críticas desde el sector tecnológico, no en cambio desde el de telecomunicaciones, en el que los grandes ‘players’ americanos no dicen nada.
Este silencio contrasta con el de algunas empresas importantes del sector
Tras la decisión de Trump de cerrar fronteras y flujos migratorios con gran parte de Medio Oriente y del nordeste africano, muchos líderes tecnológicos y grandes inversores se proclamaron contrarios a esta medida, sin embargo ni Verizon, ni T-Mobile, ni Sprint, ni AT&T, ni ningún representante o alto mando de ellos ha dicho una palabra sobre el tema.
Según el medio anglosajón FierceWireless, se ha pedido la opinión sobre el tema a las compañías que no han hecho ningún comunicado ni han pronunciado respuesta alguna. El único en responder, dice el medio, ha sido AT&T que ha dicho que no comenta sobre el tema.
Este silencio contrasta con el de las empresas privadas y fabricantes de producto. Por ejemplo, Sayta Nadella, CEO de Microsoft, ha criticado la decisión. Mark Zuckerberg de Facebook, Tim Cook de Apple o Sundar Pichai de Google también se han posicionado en contra de la decisión de Trump. “Apple cree firmemente en la importancia de la inmigración. No existiríamos (la empresa) sin las innovaciones y talento que ha venido de otros países. (…). Desde luego que no apoyamos esta decisión”, afirmaba Cook.
Este silencio de los operadores vuelve a colocar a estas empresas en ese rol más serio, burócrata y parcial que siempre las caracteriza. Los proveedores de las telecomunicaciones suelen depender de manera fuerte, a veces determinante, de decisiones políticas y de ajustes legislativos o tributarios. Sin embargo, empresas privadas como los fabricantes de dispositivos o las OTT tienen más autonomía y eso permite hablar a sus líderes con más libertad.
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