Está claro que 2010 no es el año de las empresas americanas en la industria de la telefonía móvil; ya que si bien el Motorola Milestone fue un terminal de éxito en los Estados Unidos, no ha tenido el mismo eco en el mercado europeo.
El intento de Google de aprovechar su fuerza para convencer al mundo de que el Nexus One era su primer teléfono icónico (antes había salido el Dream y el Magic bajo la misma licencia) e intentar un modelo de comercialización en solitario buscando frenar la competencia de Apple no fue bien recibido. El hecho, además, carecía de sentido desde el momento en que la compañía de software americana fue la gran impulsora de Android, sistema operativo que avanza imparable en el mercado, que ya va por su cuarta versión y que se implementa en terminales de diferentes marcas bajo tres modelos: teléfonos Google, Google experience o Android personalizado.
Samsung, HTC, Acer, Motorola, Sony Ericsson, etc. han apostado por Android, al igual que los han hecho los operadores, los cuales han aprovechado la flexibilidad de este software basado en Linux para retomar las marcas blancas e introducir en el mercado los llamados teléfonos Low Cost, de manos de fabricantes chinos.