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viernes 01 de noviembre de 2019, 17:00h

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Un cronómetro en el dorso de la mano es la idea desarrollada por un grupo de investigadores chinos. Se trata de un dispositivo flexible que se pega en la piel y nos permite ver el paso del tiempo.

La tecnología y su constante desarrollo ha permitido crear dispositivos flexibles capaz de emitir luz. Su nombre técnico es pantalla electroluminiscente de corriente alterna (ACEL, en inglés) y promete ser el futuro de los wearables. Su colocación en la piel es similar al de un tatuaje semipermanente.

El cronómetro se compone por una capa electroluminiscente con micropartículas emisoras de luz sobre un material dieléctrico, una sustancia gomosa que aumenta el brillo. Visualmente el efecto parece sacado de una película de ciencia ficción: cuatro dígitos brillantes sobre la piel.

Gracias al material gomoso que tiene como base los científicos evitaron el principal problema de las ACE: la gran cantidad de energía, peligrosa para la salud, para conseguir el brillo necesario.

El bajo voltaje del cronómetro es el adecuado para poder ver los números tanto en interior como en exterior.

Pese a seguir estando en fase de desarrollo, estas pantallas flexibles, suponen un sinfín de aplicaciones en prendas de vestir, interfaces hombre-máquina o en robótica.

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