Tras la salida de Eloy Fustero, Qualcomm es menos ES

Cuando me enteré de que dejaba Qualcomm, pensé que cerraban su sede en España, esa que lleva 17 años en funcionamiento y que inauguraron el hoy miembro del consejo de Administración de la compañía y ex Secretario de Estado de Telecomunicaciones, Francisco Ros y, sí, él mismo.

Por aquel entonces, el MWC aún se celebraba en Cannes; pocos sabían a qué se dedicaba el gigante de los semiconductores; San Diego (CA - EE.UU) era más conocido por su base naval que por ser la sede central de esta compañía y la tercera generación de telefonía móvil, la 3G, esa que trajo a nuestras vidas la transmisión de datos y el acceso a Internet a través del teléfono, que se le había atragantado a los europeos (Nokia y Ericsson); tanto que Irwin Jacob, presidente y fundador de Qualcomm surgió de allende los mares dispuesto a solucionarnos el problema, pero con unca caja registradora que hacía ‘clin’ cada vez que alguien mencionaba los términos CDMA o WCDMA.

La vida tiene ciclos; las empresas crecen; las multinacionales cambian de manos; esas manos cambian a los directivos y éstos organizan sus equipos con mayor o menor acierto

La inteligencia, la capacidad didáctica, la amabilidad y la entrega a la empresa de Eloy Fustero hizo que en poco tiempo se convirtiera en la seña de identidad de Qualcomm en España. Eloy nunca da un no por respuesta, desde el primer día puso su conocimiento al servicio de los operadores para facilitar la implementación de las redes en España; trabajó con los fabricantes; apoyó sin interés y acompañó en su andadura a alguna de las pocas startup emblemáticas de nuestro país como BQ; representó a la compañía en infinidad de foros, fue el portavoz de la multinacional ante la prensa -sin exigir el protagonismo que muchas veces otros le robaron- y, sobre todo, fue y es para muchos el amigo que todo el mundo quiere tener. ¡El carisma de la humildad!

Douglas Benítez

La vida tiene ciclos; las empresas crecen; las multinacionales cambian de manos; esas manos cambian a los directivos y éstos organizan sus equipos con mayor o menor acierto. La presencia de Qualcomm en España, tras la salida de Eloy Fustero, queda reducida, prácticamente, a un ejecutivo: Douglas Benítez, un técnico llegado de Brasil que ya ha asumido el peso de la entidad con el título de director senior de Desarrollo de Negocios y director general de Qualcomm ES

Lejos queda aquel noviembre de 2003 cuando Paco Ros y Eloy visitaron por primera vez, en nombre de la empresa americana, una feria de movilidad que, si la memoria no me falla, se celebraba vinculada a SIMO (pobre SIMO) y pocos ejecutivos de la avanzadilla tecnológica de la telefonía móvil quedan aún en sus cargos; puede que Eloy sea, incluso, el último que deja su puesto. Soplan nuevos tiempos, Qualcomm ha disparado su valor al coronarse como fabricante sin rival de los chips 5G y su negocio se ha diversificado a la misma velocidad que se despliega un abanico: IoT, automoción, conectividad en el hogar, el mundo del PC en sociedad con Microsoft, la realidad virtual, la inteligencia artificial…lástima que España requiera de tan poca estructura en una empresa de la envergadura de Qualcomm para atender estos sectores; todo un barómetro de lo que está ocurriendo.

La puerta gira, y como ocurre cada día, unos entran y otros salen. En este caso, Eloy deja en Qualcomm la impronta de su trabajo y el traspaso elegante y afectuoso a quien lo sucede. Benítez iniciará una nueva etapa que esperamos sea fructífera.