En esta declaración, los ministros se comprometen a impulsar la colaboración público-privada para el desarrollo de neurotecnologías ciberseguras, así como reforzar el ecosistema dinámico que alinee la I+D+i y el mercado con medidas de acompañamiento e inversión mediante incubadoras y aceleradoras, así como inversiones de capital riesgo y fondos de garantía en las fases de creación y crecimiento de los proyectos.
Esta ‘Declaración de León’ impulsará el diálogo entre Bruselas y los Estados miembros para fijar una posición común en los diferentes foros internacionales para instar a los desarrolladores a proteger los derechos humanos en sus productos y soluciones.
“Es el momento de que la Unión Europea se anticipe a los retos del futuro”
“Es el momento de que la Unión Europea se anticipe a los retos del futuro y refuerce su liderazgo en este ámbito tan importante para la vida de los ciudadanos europeos”, asegura Nadia Calviño, vicepresidenta primera y responsable de los Asuntos Económicos y Transformación Digital en funciones.
La declaración está suscrita por casi todos los países de la Unión Europea, excepto Irlanda ya que estos temas son competencia de otro ministerio que no estaba presente en el encuentro, aunque se espera que se adhiera próximamente al documento.
Las claves del acuerdo
La declaración conjunta establece nueve claves, en las que se pide que se fomente la cooperación entre los sectores público y privado para el desarrollo de neurotecnologías orientadas a los derechos, basadas en pruebas y ciberseguras, con el objetivo de “afrontar y proteger los acuciantes retos sociales y humanos, especialmente en el ámbito de la salud, al tiempo que se fomenta la innovación en educación, bienestar y ocio”.
También reclaman alimentar el ecosistema para “cerrar la brecha entre la investigación, la innovación y el mercado” para pasar de prototipos a productos en línea con los derechos fundamentales, así como con las normas de ciberseguridad.
“Esta declaración no implica ningún compromiso financiero por parte de los Estados miembros"
Asimismo, se considerarán medidas de acompañamiento e inversión en neurotecnologías a través de incubadoras y aceleradoras de neurotecnología en la Unión Europea y a través de fondos de capital riesgo y fondos de garantía, pero “esta declaración no implica ningún compromiso financiero por parte de los Estados miembros”.
La cuarta cuestión que se establece en la declaración es estrechar la colaboración con el Centro Europeo para la Transparencia Algorítmica, “facilitando debates especializados de expertos” de alto nivel para “evaluar el grado en que los marcos normativos y políticos existentes salvaguardan los derechos individuales y colectivos”.
También se fomentará el diálogo con la Comisión Europea y los Estados miembros antes de los debates internacionales sobre “cuestiones de interés común”; y se obligará a los líderes en innovación en neurotecnología europeos a “tomar conciencia” y adherirse a un “enfoque centrado en el ser humano y orientado a los derechos intencionadamente y por defecto” en el desarrollo de los productos.
La séptima cuestión se centra en que la UE tendrá que informar e implicar “activamente” al público en el debate sobre las oportunidades y riesgos de la neurotecnología; y se creará un ecosistema “fiable, transparente y responsable” para que los ciudadanos de la UE usen la neurotecnología.
El último aspecto que señala la ‘Declaración de León’ es el compromiso de la Unión Europea de colaborar con los organismos de normalización para “estudiar la necesidad de crear normas para las neurotecnologías”.
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