La Unión Europea ha retomado el debate sobre Chat Control 2.0, una regulación que plantea el escaneo obligatorio de comunicaciones privadas en servicios de mensajería con el objetivo de combatir el abuso sexual infantil en línea.
La propuesta, presentada en 2022 por la Comisión Europea, había quedado bloqueada tras la falta de consenso entre los Estados miembros, pero Dinamarca, que asumió la presidencia del Consejo de la UE en julio, la ha situado de nuevo como prioridad legislativa.
De Chat Control 1.0 a una versión más intrusiva
Actualmente sigue en vigor la normativa conocida como Chat Control 1.0, que permite a los proveedores estadounidenses escanear mensajes de forma voluntaria, prorrogada hasta abril de 2026. La versión 2.0 supone un salto mucho mayor, ya que obligaría a empresas como WhatsApp o Messenger a supervisar de forma sistemática las conversaciones privadas de los usuarios.
Las críticas se centran en el impacto directo sobre el cifrado de extremo a extremo (E2EE), una tecnología que garantiza que solo emisor y receptor puedan leer los mensajes. Para muchos expertos en ciberseguridad, eliminar o debilitar esta protección abriría la puerta a vulnerabilidades que podrían ser explotadas por atacantes externos.
Según documentos filtrados por el medio local NetzPolitik, Dinamarca mantiene en su borrador elementos ya planteados por Bélgica y Hungría, que no ofrecen salvaguardas al cifrado. Durante la presidencia húngara en 2024 se llegó a proponer la “ruptura del cifrado en coordinación con los proveedores”, además de limitar el análisis a imágenes y enlaces, o condicionar el envío de archivos multimedia a la aceptación del escaneo.
Por su lado, Polonia planteó una versión más moderada, en la que la monitorización sería voluntaria y no afectaría a chats cifrados, pero su propuesta fue descartada. España, Italia y Hungría se han mostrado tradicionalmente favorables a imponer el control, mientras que Francia ha pasado de la oposición inicial a mostrarse abierta a apoyarlo. Alemania, en cambio, ha reiterado su rechazo a las medidas más intrusivas.
Organizaciones y juristas alertan sobre el impacto en derechos digitales
La nueva versión es “aún más radical”, ya que plantea el uso de inteligencia artificial para escanear todas las comunicaciones
Diversas entidades de la sociedad civil han advertido de los riesgos del proyecto. Xnet Instituto para la Digitalización Democrática denunció que la nueva versión es “aún más radical”, ya que plantea el uso de inteligencia artificial para escanear todas las comunicaciones, en lugar de limitarse a detectar imágenes previamente identificadas en bases de datos.
El propio Servicio Jurídico del Consejo de la UE ha concluido en 2022 que Chat Control 2.0 vulnera derechos fundamentales, y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha recordado en sentencias recientes que el cifrado de extremo a extremo constituye una “herramienta crucial” para salvaguardar la confidencialidad de las comunicaciones electrónicas.
Más allá del debate sobre la lucha contra el abuso infantil, Chat Control 2.0 plantea un dilema de gran calado para el ecosistema digital europeo. Si se rompe el cifrado, la consecuencia inmediata sería un debilitamiento de la seguridad digital, lo que podría facilitar ataques externos y comprometer tanto a ciudadanos como a empresas.
Además, la obligación de integrar sistemas de escaneo automático en plataformas globales introduce un precedente en el que los proveedores de servicios se convierten en supervisores forzados de los usuarios, con implicaciones en la soberanía digital y en la confianza en las telecomunicaciones europeas.
Próximos pasos
El 12 de septiembre los Estados miembros deben fijar sus posiciones preliminares, y el debate se trasladará al Consejo de Justicia y Asuntos de Interior los días 13 y 14 de octubre, cuando Dinamarca buscará reactivar las negociaciones formales.
La cuestión clave sigue siendo si la UE puede compatibilizar la protección frente al abuso infantil con la preservación del cifrado como pilar de la ciberseguridad.